Mitterrand no quiere enfrentarse con la jerarquía católica en los asuntos educativos

El Gobierno francés quizá renuncie a modificar el estatuto que actualmente rige las relaciones del Estado con la escuela privada, que en Francia es en un 93% católica, de no llegar a un acuerdo con la jerarquía que facilite la elaboración de una ley. El presidente François Mitterrand parece decidido a no enfrentarse con la Iglesia en este campo. Los responsables de la enseñanza privada coronarán con una gran concentración en Versalles, el próximo domingo, una serie de manifestaciones que han convencido al Gobierno de que, en la llamada guerra escolar, lo que perdería sería más importante que lo ganado.El primer secretario del Partido Socialista francés (PS), Lionel Jospin, vino a decir hace algunos días que en estos tiempos el problema de la enseñanza católica y de la pública no es de actualidad, y que lo importante es que los franceses encaren unidos la gran batalla de la reindustrialización y demás problemas económico-sociales. Jospin es uno de los confidentes de Mitterrand, y no es la primera vez que el presidente se sirve de él para decir en voz alta lo que medita en el palacio del Elíseo.

Dirigentes comunistas, socialistas y sindicales han pedido de manera tajante la nacionalización de la escuela privada. En este caso, como en otros terrenos, Mitterrand encuentra sus adversarios más peligrosos en sus propias filas, y no en la oposición conservadora liberal. El presidente de la República hubo de intervenir el miércoles en el Consejo de Ministros para subrayar que no desea una nacionalización de la escuela privada.