_
_
_
_
_

Décimo aniversario del libro de Spínola que anticipó la 'revolución de los claveles'

Portugal y el futuro, el libro del general Antonio de Spínola, es, 10 años después de su publicación, el 24 de febrero de 1974, apenas un recuerdo en la historia de la génesis de la revolución de los claveles, si bien fue un anuncio del golpe de los capitanes de abril.

En sus memorias, el fallecido Marcelo Caetano -jefe del último Gobierno de la dictadura del Estado novo, implantada en Portugal por Oliveira Salazar a partir de 1926- escribió que después de leer el libro, que Spínola le ofreció con amable dedicatoria antes de su publicación, tuvo plena conciencia de la gravedad de los acontecimientos que 56 días después acabaron con el régimen. Afirma que convocó a los generales Costa Gomes y Spínola, entonces número uno y número dos respectivamente de la jerarquía del Ejército, para convencerlos de que aceptasen el poder, cosa que rechazaron.Caetano se defiende así de los sectores de ultraderecha del régimen, que lo acusaron de haber causado el desastre no impidiendo la publicación de Portugal y el futuro. Prohibido el Ebro de Spínola, llegó en cualquier caso a conocimiento de la opinión pública. En el Ebro que escribió a su regreso a Portugal en 1979, después de los episodios rocambolescos del intento de golpe de Estado del 11 de marzo de 1975 y de su huida a España, Spínola negó que el objetivo de Portugal y el futuro fuera provocar "un pronunciamiento militar, y mucho menos una revolución marxista". Se trataba únicamente de "indicar al Gobierno y a la opinión pública la última salida posible para evitar el desastre".

Diez años después, la solución propuesta por Spínola aparece tan utópica e irrealista como la doctrina de un Portugal multirracial desde el río Miño a la isla de Timor, a la que se aferraban los gobernantes de Lisboa. La idea de unir en un Estado confederado Brasil, Portugal, sus cinco colonias africanas y la lejana isla indonesia de Timmor, tiene, sin embargo, sus nostálgicos entre los retornados y la derecha, desconsolada con la pérdida del imperio.

Más importante que las lucubraciones neocoloniales de Spínola era su análisis de la situación expuesto por el que había sido comandante en jefe de las tropas en Guinea Bissau, el número dos de la jerarquía militar, un hombre célebre por su valentía y arrojo físico, quien se atrevía a pensar y escribir que no había solución militar para la guerra colonial y que la solución política del problema debía basarse en la autodeterminación de las provincias ultramarinas".

Movimiento de los capitanes

Solución política y autodeterminación fueron palabras que aliviaron las conciencias de muchos oficiales subalternos, hartos de la inutilidad de sus esfuerzos para ganar la guerra y pacificar las poblaciones. El movimiento de los capitanes, en plena organización, recibió a la vez un impulso en su politización y un refuerzo material del arma de Caballería -mayoritariamente afecta a Spínola- y de sus blindados para el proyecto de golpe militar en ciernes.Para el sector más politizado de la joven oficialidad, Spínola empezó a perfilarse como candidato a caudillo del movimiento, capaz de llevar los acontecimientos en un sentido opuesto a la democratización deseada. La irrupción de Spínola con su libro anunció también muchos de los futuros avatares del Movimiento de las Fuerzas Armadas y de las convulsiones de la revolución de los claveles.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_