El IRA prepara una huelga de hambre en prinsiones del Ulster para abril
El Ejército Republicano Irlandés (IRA) está preparando una nueva huelga de hambre, como la que costó la vida a 10 de sus miembros en 1981. La huelga, una de las armas propagandísticas favoritas de esta organización, se iniciará a mediados del próximo mes de abril, casi al mismo tiempo que se abre la campaña para las elecciones al Parlamento Europeo. El anuncio ha coincidido con un grave incidente en el condado de Antrim, al noroeste de Belfast, en el que resultaron muertos un soldado y dos presuntos terroristas.
El incidente ocurrió el martes, en una zona. con gran número de católicos y fuerte componente nacionalista. Un grupo de soldados de paisano, según parece, de las temidas SAS (Servicio de Seguridad del Ejército), intentó identificar a unos sospechosos. Se originó una batalla a tiros que causó la muerte a tres personas y heridas graves a un soldado. Según anunció ayer el IRA, los dos presuntos terroristas fueron "ejecutados sumariamente" ` por los soldados británicos que habían logrado capturarles.Sin embargo, la noticia que más preocupa en Londres es la convocatoria de una nueva huelga de hambre, no sólo por los efectos que suelen tener acciones como ésta en la opinión pública internacional, sino porque demuestra que el IRA se siente fuerte. En la huelga de 1981, desarrollada en la cárcel de Maze, Bobby Sand resistió 66 días de ayuno completo. Él y sus compañeros lograron movilizar en su favor a buena parte de la opinión pública mundial. Pese a ello, la primera ministra británica se negó a concederles el estatuto de preso político, y prefirió dejarles morir.
En esta ocasión el IRA pretende llamar la atención sobre la política de supergrasses, o terroristas arrepentidos que sigue Londres.
Los supergrasses han provocado ya una agria polémica en medios jurídicos irlandeses y británicos, porque suponen una excepción a las normas jurídicas vigentes en el Reino Unido. En el caso de terroristas arrepentidos, no hace falta un jurado, sino que bastan los jueces, y su testimonio es suficiente, sin otras pruebas, para detener, condenar y encarcelar a los antiguos compañeros del denunciante. La polémica se ha mantenido hasta ahora en círculos cerrados, pero una acción como la huelga de hambre puede llevarla a todos los medios de comunicación.
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