El espía americano

¡Qué hermoso gesto de solidaridad hispano-estadounidense! Ha sido conmovedor leer en EL PAIS la crónica sobre el agente de la CIA sorprendido in fraganti en pleno trabajo en uno de los más importantes hoteles de Madrid. Mientras ante la simple sospecha sobre un ciudadano o diplomático de un país del Este se procede a su inmediata expulsión, ocupando el suceso ríos de tinta, la actividad absolutamente delictiva del señor Gino Rossi, que debería haber sido objeto de la más amplia investigación, se cierra, en un acto de incalificable buena voluntad, con su entrega a la embajada de los EE UU. ¿Olvida el Gobierno socialista que los principales sucesos desestabilizadores que, por ejemplo, se dieron en América Latina, partieron de personajes de las sedes diplomáticas del país más poderoso de la Tierra? ¿Es que la pertenencia al mundo occidental, que tanto gusta preconizar el Gobierno del señor González, significa hipotecar el inalienable derecho a la profunda investigación de un miembro de un servicio de espionaje que, como en este caso, es agarrado con las manos en la masa?./ .