Constantin Chernienko pone el énfasis en el carácter colectivo de las decisiones del PCUS
Constantin Chernienko, elegido el lunes secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, puso ayer el énfasis, con ocasión del sepelio de su predecesor, Yuri Andropov, fallecido el jueves, en el carácter colectivo de las decisiones del PCUS y en la contínuidad en la política exterior. El nuevo dirigente del Kremlin, de 72 años de edad, suscitó ayer -por ciertos titubeos y equivocaciones al leer su discurso- alguna especulación sobre su estado de salud, precisamente cuando algunos rumores, desmentidos por la Casa Blanca, se referían a una supuesta crisis cardiaca sufrida por Ronald Reagan, de 73 años.Chernienko se entrevistó ayer con el vicepresidente norteamericano, George Bush, quien calificó el encuentro de "útil y constructivo".
El repicar de las campanas del Kremlin, las salvas de artillería y las sirenas de las fábricas acompañaron el descenso a su tumba, en la plaza Roja de Moscú, tras el mausoleo de Lenin, del féretro de Andropov. La ceremonia se celebró a las 10.45 (hora peninsular), bajo un radiante sol de invierno.
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Chernienko desea mantener "conversaciones honestas" con los occidentales basadas en la "igualdad y la seguridad"
Viene de la primera páginaMiles de personas, entre ellas dirigentes de más de 60 países, formaciones de soldados en uniforme de gala pertenecientes a la guarnición de Moscú y ciudadanos soviéticos organizados en delegaciones se habían concentrado a lo largo de la mañana en la plaza Roja para rendir el último homenaje a Andropov, fallecido el jueves pasado.
A mediodía, Chernienko dedicó unas palabras de elogio a Andropov desde la tribuna donde se instalaron los miembros del Politburó (el máximo organismo dirigente del PCUS). El secretario general reiteró que la política exterior mantendrá su rumbo, al tiempo que puso un énfasis muy marcado en el carácter colectivo de las decisiones en el PCUS. En política interior, Chernienko afirmó que "lo principal hoy es consolidar y multiplicar los procesos positivos en todas las esferas de la vida".
Chernienko, que llevaba un abrigo oscuro y gorro de piel, se equivocó un par de veces y carraspeó otras durante su alocución, difundida a través de altavoces por toda la plaza Roja. Su dicción contrastó con la del ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, rica en matices y bien modulada, que resultaba un placer para los asistentes a la ceremonia.
Además de Chernienko y Gromiko, tomaron la palabra un obrero de una fábrica automovilística condecorado como héroe del trabajo; el ministro de Defensa, Dimitri Ustinov; el presidente de la Unión de Escritores, Georgi Markov, y el jefe del partido en Karelia (donde Andropov había trabajado), Ivan Senkin.
Chernienko calificó a Andropov de verdadero seguidor del leninismo, hombre de "voluntad inquebrantable, modestia y capacidad negociadora". Tras alabar las cualidades individuales del fallecido, el nuevo líder subrayó que éste había contribuido "grandemente a la actividad del núcleo colectivo dirigente" del PCUS. "Las decisiones, elaboradas colectivamente por el Comité Central del PCUS, recibían el apoyo total del partido y del pueblo y se tradujeron en no pocos cambios positivos. Ello se debió en gran manera a los esfuerzos de Yuri Vladimirovich", dijo.
La cohesión en el partido es "sólida", según su secretario general. En la arena internacional la URSS "continúa su política de paz" y está dispuesta a "mantener conversaciones, honestas" con Occidente basadas en la "igualdad y la seguridad". "No nos dejaremos atemorizar por las amenazas. Nuestras, defensas son fuertes y seremos capaces de proteger los logros del pueblo soviético".
La ceremonia fúnebre había comenzado a las 11 de la mañana, cuando los 12 miembros del Politburó acudieron a la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos, donde se había instalado la capilla ardiente. El orden en que se colocaron los máximos dirigentes de la URSS al pie del féretro (Romanov y Gorbachov a la derecha de Chernienko, y Tijonov y Ustinov a la izquierda) ha sido considerado significativo por algunos observadores occidentales.
En la ceremonia en la plaza Roja, la televisión soviética se concentró de modo especial en Chernienko, Ustinov, Tijonov y Gromiko, los más veteranos del Politburó. "Chernienko es demasiado viejo. Dentro de poco puede haber otro funeral. Un país tan grande e importante hubiera necesitado un hombre más joven", comentaba a esta corresponsal un ciudadano soviético que se avino a hacer de taxista.
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