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El Estado libanés se desmorona

Washington inicia la retirada de Líbano con el repliegue de los 'marines' a los barcos

La retirada de los marines de Beirut, con un repliegue hacia los barcos de la VI Flota, junto a la orden de ataques navales y aéreos contra las guerrillas sirias en Líbano son las dos decisiones espectaculares que el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, decidió en la tarde de ayer a su llegada a California en relación con la crisis libanesa. La decisiones de Reagan son interpretadas como el principio del fin del compromiso militar norteamericano en Líbano.

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Después de 24 horas de aparente indecisión, el presidente Reagan autorizó al secretario de Defensa, Caspar Weinberger, para que ordene ataques aéreos y navales contra las posiciones sirias en Líbano, siempre y cuando no pongan en peligro la seguridad de los marines o de las tropas del Gobierno libanés.Al mismo tiempo, según el comunicado distribuido por la Casa Blanca, Reagan autoriza a Weinberger a que programe la retirada gradual de los marines desde la base del aeropuerto de Beirut a los barcos de la VI Flota anclados en las cercanías de Beirut. Reagan insistió en que "la responsabilidad primaria de la seguridad de Líbano depende del Ejército libanés", al que Estados Unidos ayudará con entrenamiento, envío de material militar y servicios de inteligencia para la lucha contra los terroristas.

La salida de los marines comenzará antes de final de mes y será gradual, permaneciendo en suelo libanés un reducido número de los 1470 actualmente estacionados enel aeropuerto, grupo que deberá garantizar la seguridad de los nor teamericanos residentes y personal diplomático de Estados Uni dos en Líbano. Parte de la misión diplomática norteamericana en Beirut (41 personas) comenzó a ser evacuada ayer al portaviones Guam.

Decisión consultada

Reagan aseguró que la decisión fue tomada previa consulta con los otros tres países miembros de la fuerza multinacional (Italia, Francia y el Reino Unido) así como con el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos.

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Añadió que la retirada a los barcos no equivale a una rendición. "Estaba prevista incluso antes de los últimos acontecimientos", según el comunicado del presidente Reagan. En el mismo insiste en que Líbano debe formar un Gobierno de "representación nacional" y que la decisión de repliegue favorecerá a largo plazo la posición de Estados Unidos en Líbano.

Las reacciones iniciales en el Congreso, tanto de republicanos como demócratas, son, en principio, favorables a la decisión de Reagan de iniciar una retirada militar de Líbano. El Partido Demócrata venía presionando al presidente, candidato para la reeleción, para que ordenase la retirada de los marines de Beirut desde que el pasado 23 de octubre fueran asesinados 241 hombres en un atentado suicida contra el cuartel general norteamericano. Desde el despliegue en septiembre de las fuerzas norteamericanas en la capital libanesa han perdido la vida 259 soldados. Incluso el más moderado de los demócratas, John Glenn, ha pedido a Reagan la retirada de los marines.

La carta de Gemayel

Durante año y medio, Reagan ha venido jugando en Líbano la carta de apoyar al presidente Amin Gemayel en su intento de convertirse en el jefe de un Estado de todos los libaneses, y ha intentado negociar una salida pacífica con Siria. La ocupación de Beirut oeste por las milicias musulmanas supone, precisamente por eso, un serio revés para Reagan en vísperas de campaña electoral.

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