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El canciller Kohl rehabilita y reintegra en su empleo al general Günter Kiessling

El general Günter Kiessling, que había sido pasado a la reserva y cesado en su puesto de segundo comandante supremo de la OTAN porque su presunta homo sexualidad suponía un riesgo para la seguridad, fue rehabilitado ayer por el canciller Helmut Kohi y nombrado de nuevo, aunque no volverá al cargo por motivos de salud, y ha solicitado el retiro definitivo para el próximo 31 de marzo.

El canciller de la República Federal de Alemania (RFA), el democristiano Kohl, no aceptó la dimisión del ministro de Defensa, Manfred Wörner, que quedó ayer confirmado en su cargo.El jefe, del grupo parlamentario socialdemócrata, Hans-Jochen Vogel, consideró "contraproducente para el bien común, y políticamente irresponsable", la decisión de Kohl de ratificar a Wörner.Después de tres días de consultas, Kohl anunció la determinación de mantener a Wörner, aunque el ministro le presentó la dimisión el pasado lunes. Kohl asume toda la responsabilidad y declaró ante la Prensa en Bonn que actuó según las atribuciones que le concede la Constitución.El ministro de Defensa escribió una carta al general destituido en la que le dice que "yo sé que usted está de acuerdo conmigo en que: los intereses del Estado han de tener prioridad". Luego Wörner escribe que los informes recibidos le obligaron a actuar, pero "entre tanto he llegado a la conclusión de que las circunstancias derivadas de los informes no se han confirmado y de que el informe contiene datos que no son ciertos. Esto me da pie a la convicción de que su actividad ya no implica un riesgo para la seguridad".

Wörner escribe al general que pedirá inmediatamente que el presidente federal, Karl Carstens, le nombre de nuevo y revoque la decisión tomada el pasado 9 de diciembre. Finalmente, el ministro dice que "en ningún momento puso en tela de juicio su honor, y lamento que la decisión tomada haya sido objeto de discusión pública y que usted haya sufrido agravios. Yo no quise nada de esto y le deseo que supe re pronto estas díficiles semanas pasadas". El general Kiessling respondió a Wörner con una carta en la que agradece el "nuevo nombramiento y retorno al servicio activo, lo que para todos significa, de forma clara y visible una rehabilitación de mi honor"

Kiessling reconoce que el ministro actuó movido por el cumplimiento de su deber y por los intereses de la seguridad de la República Federal de Alemania. Luego Kiessling dice que no se encuentra en condiciones anímicas de pasar a ocupar el cargo de segundo comandante supremo de la OTAN, "porque tengo que recuperar mi salud", y pide que, en interés de la República Federal de Alemania se me conceda el retiro el 31 de marzo de l984".

El general finaliza su carta a Wörner con el anuncio de que retira las querellas judiciales presentadas y que espera una retirada del servicio activo con todos los honores militares en su día.

Kiessling acudió ayer al Ministerio de Defensa vestido de uniforme y declaró que estaba muy feliz de que "el Estado de derecho haya triunfado". Kohl argumentó ante la Prensa que mantiene a Wörner por su capacidad personal, y reconoció que se cometieron errores, "de los que habrá que sacar las consecuencias". Esto significa que en el ministerio rodarán algunas cabezas en el equipo próximo al ministro.

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El tono casi unánime de los comentarios de Prensa es negativo para la decisión de Kohl de mantener a Wörner, pero el canciller está convencido de que al ciudadano medio de la RFA le importa muy poco todo el escándalo, y la preocupación primordial es la situación económica del país y los puestos de trabajo. La táctica de Kohl ante los conflictos parece claramente marcada: aguantar el chaparrón y seguir adelante en espera de que el temporal y la opinión pública se aplaquen. Éste es el modelo aplicado en los sobornos del consorcio Flick y ahora con el caso Kiessling: dejar que griten hasta el cansancio y esperar. Ni más ni menos que lo que Kohl practicó toda su vida política, aguantar pacientemente y esperar. Así llego Kohl a canciller y ésta parece ser su línea de actuación. Cada día que pasa es un día que gana a su correligionario Franz Josef Strauss, que, con 68 años -15 más que Kohl-, tiene menos probabilidades de estorbarle.

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