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La policía marroquí practica detenciones masivas en Nador y ciudades cercanas a Melilla

Detenciones masivas se siguen practicando en Nador, Segangan, Farhana, Alhucemas y Beni-Ensar, según noticias dignas de todo crédito llegadas a Melilla. Estas fuentes confirman que las detenciones las están llevando a cabo inspectores de policía del Segundo Buró de Información enviados directamente por el Gobierno de Rabat.

Las detenciones practicadas en los últimos días se elevan a más de 500, especialmente entre la población estudiantil. Incluso se apunta la posibilidad de que miembros de este Segundo Buró hayan entrado en Melilla con la intención de proceder a una serie de identificaciones a espaldas de la policía española. Según diversas fuentes, estos detenidos han sido deportados en camiones cerrados del Ejército hasta una cárcel militar cercana a la ciudad de Kenitra, conocida antiguamente como Port-Lyautey, situada en las llanuras del Garb, una de las zonas más fértiles de Marruecos. Estos estudiantes, que en la mayoría de los casos no sobrepasan los 18 años de edad, van a ser juzgados por tribunales militares, y se especula con que su destino final será el Sáhara.Fuentes estudiantiles de Nador aseguran que hace varios días se procedió a un enterramiento masivo de jóvenes cuyos cuerpos llevaban varios días en un hospital de Nador. La inhumación se realizó subrepticiamente junto a los muros del cuartel de Tauima, a cinco kilómetros de la ciudad, donde en sus tiempos estuvo destacada la Legión cuando el territorio estaba bajo soberanía española. La zona colindante al hospital comarcal de Nador sigue siendo terreno prohibido y su acceso es prácticamente imposible, debido al cordón de vigilancia establecido, en torno a las instalaciones. La policía, tras tomar parte activa en la represión de los incidentes, ha dejado las labores de vigilancia en manos de unidades del Ejército.

El descontento en la zona es general, sobre todo tras las amenazas de Hassan II a los rifeños, acusándolos de contrabandistas y afirmando que jamás pasaría por Nador. En esta acusación de contrabandistas va implícito impago por los habitantes de la zona fronteriza de la tasa de 500 dirhams, impuesta hace algunos meses por el Gobierno marroquí.

Se habla también de detenciones incluso entre familiares de quienes tomaron parte activa en las revueltas iniciadas hace dos semanas, y a diario surgen denuncias sobre torturas a muchos de los detenidos, lo que hace que la zona cercana a Melilla siga siendo un barril de pólvora que puede estallar en cualquier momento.

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