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Reportaje:Brotes racistas en España

La caza del gitano

El racismo contra los gitanos ya no es un hecho aislado y pretérito, y se ha convertido en un nuevo contencioso social

Rocío García

Las escenas de violencia no son un espectáculo nuevo. Los enfrentamientos entre payos y gitanos, en ocasiones virulentos, han resucitado. Es la eterna rencilla entre dos maneras de vivir y de organizarse, dos estilos de comunidad que se han rechazado durante siglos y que sólo han pactado cuando la segregación y la indiferencia eran la norma. El deseo de las autoridades, generalmente los alcaldes, de integrar a ambas comunidades y de cortar la discriminación existente ha sido el detonante que ha provocado la actitud airada de los payos. Es un racismo emergente que preocupa a los responsables políticos y a las organizaciones que se dedican desde hace años a trabajar por el entendimiento entre ambas partes de la población.Un comunicado del Secretariado Nacional Gitano, entidad dependiente de la jerarquía eclesiástica, declara que "corno ciudadanos y creyentes, repudiamos cualquier atropello de los derechos humanos y pedimos que, cesen tales vergonzos hechos".

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Payos y gitanos

'El pueblo gitano es inocente'

Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional Presencia Gitana, Manuel Martín, afirma que "el pueblo gitano es inocente; situaciones como ésta no suceden de manera espontánea; hay que remontarse a cinco siglos atrás, de continuas persecuciones a los gitanos por parte de la sociedad mayoritaria".

Enrique Malla, presidente de la Asociación Española de Integración Gitana (AEIG), dice que estas situaciones son una "vergüenza para los españoles" ypide la actuación enérgica de la Administración para que estos brotes "racistas" no vuelvan a ocurrir. También la Asociación Pro Derechos Humanos, en una nota hecha pública el viernes, denunció estos hechos y pidió que "a los gitanos españoles se les considere ciudadanos amparados por la Constitución y se les ayude a salir de su actual estado de penuria y marginación". Los gitanos, en España, forman una comunidad cuyo número puede calcularse entre 300.000 y 600.000 personas. Cerca de un 80% carece de trabajo fijo, y un 50% no tiene Seguridad Social. Un 68% son analfabetos y sólo un 7% de la única mitad de niños que se escolariza termina los estudios de EGB. El raquitismo entre los niños gitanos es cinco veces superior al que se registra entre los niños payos.

Incendio en Jaén

"La sociedad debe tener voluntad de integración, hay que buscar entre todos, gitanos y payos, cauces de acercamiento", "queremos la paz y el diálogo" afirma el secretario de Integración Gitana, Luis Serrano, quien afirma que "nosotros", los gitanos, pqdimos un trato de igualdad, amparándose en la Constitución, "no queremos un trato especial, pues sería discriminatorio, pero sí que nos traten en iguales condiciones".

Los conflictos entre las comunidades payas y gitanas se han sucedido de manera continua. El pasado día 19, un numeroso grupo de habitantes de la localidad jiennense de Torredonjimeno, en un intento de linchamiento, prendió fuego a una casa donde se encontraban ocho personas de raza gitaría. Al menos dos de ellas -una mujer y una niña- sufrieron heridas de extrema grvedad; y otras tres, -una mujer y dos niños- se encuentran en grave estado.

Andalucía es la zona menos racista de España, pero hay racismo, o al menos esto,es lo que piensan las distintas asociaciones gitanas consultadas, que también distinguén entre las ocho provincias, señalando a Jaén como una de las más respetuosas con los gitanos, a pesar de lo que pueda pensarse después de los sucesos de Torredonjimeno. Un hecho es que Andalucía es la tierra preferida por los calés y en ella reside más del 50% del total, informa Luis Cátedra.

En Zaragoza, este rechazo se ha acentuado a raíz del intento de instalar 36 casas prefabricadas para otras tantas familias gitanas, que han sido rechazadas de cuantos barrios se ha pretendido ubicarlas. El alcalde de Zaragoza, Ramón Sainz de Varanda, ha sido tajante al señalar que no permitirá que se produzcan discriminaciones con algunos vecinos de Zaragoza y ha calificado las protestas como "una escalada racista", informa Javier Ortega.

En Zaragoza capital viven 3.000 gitanos, que habitan, por lo general, en casas degradadas, chabolas o barracones. La mayoría son analfabetos y se dedican a recoger chatarra, realizan trabajos temporales o simplemente no hacen nada. Los gitanos se sienten marginados y rechazados por los payos. Los niños de la escuela gitana La Quer Majar¡ Calí han dirigido una carta al Rey pidiéndole su mediación en el problema y también hablan de racismo y de que nadie les quiere en Zaragoza.

El padre Damián, un gitano más

El padre Damián, un capuchino de Zaragoza, se considera un gitano más. Ha convivido con ellos durante más de ocho años en las chabolas de la zona de Las Graveras, hasta que fueron trasladados al poblado construido para los gitanos por la Comisión para la Erradicación del Chabolismo. Cree que la actual situación de rechazo de los payos hacia los gitanos es debida al "racismo y desconocimiento total que se tiene de los gitanos". Añade que "el payo se queda en la superficie de su experiencia con los gitanos, con la simple anécdota. Puedo asegurar que los payos que han convivido con gitanos les aprecian. Es cierto que hay, como en todas partes, gitanos buenos y inalos".

El padre Damián asegura. que los gitanos no son racistas, "lo que pasa es que se han sentido perseguidos a lo largo de la historia, no tienen confianza hacia los payos y se sienten acomplejados e inferiores, respecto a ellos. Están escarmentados y tal vez por eso engañan. Para un gitano engañar a un payo es un triunfo, no por hacer daño, sino por lo que tiene de victoria ante su rival".

Cataluña: calma sobre un barril de pólvora

La situación de los gitanos en Cataluña, donde viven entre 15.000 y 20.000, distribuidos en 19 núcleos que agrupan a más de 20 familias cada uno, "es drámatica, y el conflicto puede estallar en cualquier 1 momento", según señala Basilio González, experto en gitanología y actual director de un centro cívico en la Zona Franca, informa desde Barcelona Ana Galcerán.

Según González, se "ha acelerado el camino hacia el enfrentamiento" ya que, a diferencia de las épocas de opulencia en las que a los gitanos se les permitía recibir las migajas, actualmente se les margina de forma total, abocándoles hacia la prostitución y la delíncuencia". "Aunque se realicen traslados de gitanos, el problema sigue sin ser resuelto.por parte de la Administración", afirma este especialista.

Las protestas vecinales suelen acabar con la llegada de las máquinas que arrasan las chabolas, como ocurrió en Figueres hace dos años o, más recientemente, el pasado mes de julio, en Ripollet.

El caso de mayor ensañamiento de un sector de la población contra los gitanos en Cataluña, en estos últimos tres años, ocurrió a finales del mes de septiembre en el barrio de la Verneda, en Barcelona. Más de 5.000 vecinos, entre los que se mezclaron provocadores a sueldo, según pudo comprobar el ayuntamiento barcelonés, se enfrentaron con las fuerzas de Orden Público, organizando una verdadera batalla campal. Las 400 familias gitanas de La Perona, barrio ubicado junto a La Verneda, vivieron atemorizados durante días ante las amenazas de sus convecinos, que les responsabilizaban de una serie de pequeños robos ocurridos en la zona.

Expulsión de Hernani

La situación más conflictiva en relación con las comunidades gitanas vivida en el País Vasco en los últimos años se produjo en el verano de 1980, cuando la Corporación municipal de Hernani, presidida por un alcalde de Herri Batasuna, acordó expulsar del pueblo a las familias gitanas asentadas en esa localidad guipuzcoana. La decisión municipal, a la que se opusieron los corporativos socialistas, dio origen a una prolongada polémica que impidió a la larga llevar a la práctica la medida. Las circunstancias quisieron que uno de los gitanos, José García, que voluntariamente marchó del pueblo a raíz del problema y se fue a Lezo, muriera un año después en el mismo Hernani en el curso de una trágica reyerta que se zanjó con el balance de tres personas muertas y cuatro más heridas de gravedad, informa Patxo Unzeta.

Enfrentamientos en Madrid

En Madrid se produjeron dos enfrentamientos graves entre payos y gitanos a lo largo de 1983. En los barrios periféricos madrileños de Vicálvaro y San Cristóbal de los Ángeles, en mayo y en noviembre, respectivamente, se produjeron serios enfrentamientos entre payos y gitanos. Los payos acusaron a los gitanos de ser los responsables de los numerosos hechos delictivos registrados en sus barrios. También en ambas ocasiones, los payos decidieron pasar a la acción por su cuenta después de que sus peticiones de incremento de la vigilancia policial no fueran atendidas por el Gobierno Civil.

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