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Tribuna
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La elipse

18, miércoles. El marqués de Villaverde se ha venido a Madrid. Al saber que se le ha sancionado con la suspensión de cinco años de empleo y sueldo, en su clínica, Villaverde parece que cogió la primera chaqueta a mano (quizá ni siquiera era suya, sino de un amigo que se había quedado a dormir en casa, porque era una chaqueta de cuadros que le estaba grande), se puso el prendedor de corbata un poco caído (síntoma de depresión en los hombres que usan prendedor) y se vino en avión. Estaba, por si ustedes no habían reparado, en Miami. Ya el estar en Miami, en el mes de enero, me parece a mí que es delito. Villaverde, marqués de casi todo, marqués de la vida, oponente natural de mi querido José Luis de Vilallonga (que me presta abrigos de pelo de camello ahora por cuando el frío) en un teórico/hipotético duelo de noblezas, el marqués, digo/decía, trae ese cincelado Incosol que dan la costa y el sol, y si es Miami, mejor que Banús, y la pela más tranquila. No sirvió ni para marqués de Bradomín del legitimismo franquista, tan poco legítimo. Lleva cuellos de camisa bajos, como su amigo Luis Miguel Dominguín -ambos se han quedado en la elegancia de los cincuenta-, y un hombre, un enfermo, se le murió en el Piramidón mientras él parece que passaba algo del tema. Claro que el Piramidón lo hicieron los ingenieros y arquitectos cuarentañistas junto a la vía del tren, y el paso intermitente del mercancías de Ariza siempre hace vibrar un poco el bisturí electrónico, con lo que un obrerete del Seguro se va a la transmigración por un gramo de tajada. Todo era así en aquel país de los cuarenta/ cuarenta, y cuando la opinión se entera de que Villaverde estaba en Miami, matando la araña, pues la opinión es que se pone como un poco tarasca. Ya el solo hecho de estar en Miami, pasanto total y tomándose daikiris, es un cante.19, jueves. Charo López es una reliquia. La más inteligente y hermosa reliquia de la época de las progres, que fue más o menos la nuestra, ay. Gran actriz, actualmente, y buena amiga de muchos años, me alegra y conmueve un poco verla tan fiel a aquellos postulados de puritana de izquierdas que practicaban por cuando entonces las Hijas de Marx, que eran como la rama oponente de las Hijas de María que canta y cuenta Vizcaíno Casas. "Estos libros, estas fotos, estos vídeos, estos periódicos, este teléfono. Ningún problema". Ha enumerado todos los enseres y aperos de la soledad. Ahora que el tiempo, ese Miguel Ángel, ha modelado en su belleza una actriz, gran actriz (decía Miguel Ángel que hacer escultura es quitarle a un bloque de mármol lo que le sobra), ahora que nuestra amistad es menos asidua pero más profunda -espero-, ahora es -Charo López. cuando uno, tan contrahecho, se ve a sí mismo en el espejo duro y puro de Charo López. Somos de la generación de la ética y la clandestinidad, Charo, de la generación del dar ejemplo y tomarlo de nuestros mayores (casi todos exiliados en los campus universitarios de California). Somos de la última generación moral de moralistas, y en eso -ay, Charo- nos hemos quedado tan fósiles tú como yo. "A veces me siento tensa y culpable". Es lo que nos dejó el francofranquismo. Una manera sobria y clandestina de ser. Las generaciones posteriores, Charo, que ya veían a Franco, por la tele, como "un ancianito muy camp", son realmente libres porque nacieron así a la vida y no tienen que reconquistar ninguna libertad. Se les da la libertad naturalmente, como el nesqüit. Eso es lo que hemos perdido, Charo, amore, aunque tú lo estés somatizando bien y apresuradamente. Pero yo te recuerdo angustiada de matrimonio y paro. Perdona. Yo me recuerdo a mí mismo angustiado de matrimonio y paro. Sólo que te he elegido, para mirarme, como el espejo más bello del mundo. No, hoy no son así. Les da tanta risa nuestra ética, Charo, como a nosotros nos daban las Hijas de María. Están en el punto sin retorno de la libertad. Tú y yo aún decimos palabras como "culpabilidad".

21, Sábado. Miguel Bosé, Boselito, ha actuado por California, muy cerca de Hollywood, quizá, con lo que alguna columnista frívola (y no precisamente heredera, en sagacidad, de Elsa Maxwell/ Anita Loos/Louella Parsons) le ha llamado "el nuevo Valentino". No. Las criaturas ambiguas, en los happy twenties, eran precisamente seres herméticos, dramatizados por su secreto: Valentino, Garbo. Hoy, con las nuevas libertades, todas las libertades del mundo, el andrógino en que se autodefine Miguel Bosé no nos ofrece sino un androginismo de Disneylandia, un algo de nubes rosa y qué-bien-mesienta-esta-cazadora. La libertad ha hecho a los seres más libres -incluso a los "medios seres" de Ramón o de Hollywood-, pero les ha privado del beneficio de la duda y el carisma de su misterio. No.se puede tener todo, tíos/tías. He estado en Pachá, en la presentación de Vestida de azul, un filme de Giménez Rico sobre los travestís. (Hay que escribir travestís, y no travestíes, porque la palabra queda así más puñalada/apuñalada). Actuaron los hombres/mujer de la película. No tenían gracia. Para ser Oscar Wilde no basta con ser homosexual, y para ser Valentino, Boselito, no basta con llevar una camiseta del ratón Mickey. Mi amiga Marisa Ares le hizo un libro a Miguel Bosé y no se vendió nada. Yo le hice un libro a Eusebio García Luengo, el escritor más oscuro de Gijón, y se vendió a tope. Los mitos y los automitos se hacen con la pluma. Con la pluma de escribir. Si no hay pluma (si no hay imaginación, aunque no se escriba), el mito no se sostiene. Mi entraflable María Asquerino, quizá la primera actriz de España, lleva un tiempo queriendo escribir sus Memorias, que son profusas, pero le ha faltado encontrar una pluma que potencie todo eso. La vida, sin su expresión escrita, no es nada. A Valentino lo hizo la literatura (la literatura cinematográfica). Miguel Bosé, como los políticos, como Maradona, no coagula porque no tiene detrás una pluma/ imaginación. He moderado en Bellas Artes un coloquio de Vidal Beneyto sobre comunicación. Hay en el cielo muchos satélites comunicacionales, pero no hay nada que comunicar.

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