La Xunta de Galicia acusa al Gobierno de "abandonismo empresarial" en el sector

La viabilidad de una salida a la crisis de la construcción naval tomando como horizonte de referencia el año 1990 es la principal conclusión del Libro blanco del mantenimiento y desarrollo de la capacidad industrial de Galicia elaborado por la Xunta como alternativa a los planes de reindustrialización y reconversión industrial del Gobierno. Muy crítico en sus planteamientos generales, el texto presentado ayer por el vicepresidente económico, Carlos Mella, incluye acusaciones de "abandonismo empresarial" al Gobierno socialista que, a juicio de la Xunta, pretende aplicar una política de "ajuste salvaje" al sector naval gallego.

Mella, responsable último de un libro elaborado a partir de datos sectoriales suministrados por varios grupos de trabajo específicos, lamentó la filosofía derrotista que en su opinión informa la política de reconversión industrial diseñada por el Gobierno y, en particular, el proyecto de reducir desde un 5% a un 2% la cuota histórica de participación de los astilleros españoles en la demanda mundial. "Frente a esta situación", aseguró el vicepresidente de la Xunta, "el Gobierno autónomo se compromete a mostrar una línea activa de participación e impulso en la continuación del proceso de desarrollo industrial de Galicia".Las propuestas básicas del Gobierno autónomo consisten en el mantenimiento de la cuota de participación de Astano dentro de la división naval del INI, la especialización de la Empresa Nacional Bazán en construcciones para la defensa y el incremento de la producción de los pequeños y medianos astilleros gallegos.

Mantenimiento de Astano

El desmantelamiento de instalaciones que seguiría al enfoque dado a la reconversión naval no se produjo, según Mella, en ninguno de los países comunitarios y tampoco estaría justificada en Galicia.El vicepresidente para Asuntos Económicos del Gobierno gallego se mostró sorprendido de que la división naval del INI no haya hecho una proyección de expectativas de mercado para 1990, año en el que Mella sitúa la previsible recuperación de la demanda a los niveles de la década de los setenta. Si tal proyección se hiciese, la plantilla estructural de la factoría ferrolana de Astano en 1990 sería de 3.384 personas en nuevas construcciones, con un excedente de 486 trabajadores, "cifra esta", según los responsables del libro blanco, "que no justifica el tratamiento dado a esta factoría".

Los datos estimativos ofrecidos por la Xunta para el subsector de pequeños y medianos astilleros difieren notablemente también de las previsiones oficiales del Gobierno. Mientras el cálculo de la Sociedad para la Reconversión Naval (Sorena) sitúa para el año 1990 los excedentes de plantilla en 1.137 trabajadores, la estimación del Gobierno gallego reduce la cifra a sólo 355 personas.

La conclusión esencial obtenida por la Xunta a partir de sus propios cálculos es que resulta posible impulsar una salida de la crisis para el sector naval "manteniendo prácticamente los empleos existentes, frente a la destrucción inmediata de más de 7.000 puestos de trabajo que implica la propuesta gubernamental, más otros tantos que desaparecerían como efecto derivado".