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El ministro de Defensa de Colombia dimitió tras ser reprendido por Belisario Betancur

El ministro colombiano de Defensa, general Fernando Landazábal, dimitió de su cargo a última hora del miércoles y pidió el pase a la reserva, después de una severa reprimenda pública del presidente Belisario Betancur, que recordó a los militares el mandato constitucíonal que les impide inmiscuirse en actividades políticas. Para sustituirle ha sido nombrado el hasta ahora comandante de las Fuerzas Armadas, general Gustavo Matamoros.

Con este relevo se pretende poner término a la crisis institucional abierta por la oposición del alto mando castrense a las negociaciones de paz emprendidas por el Gobierno con las organizaciones guerrilleras. El ex ministro había de clarado recientemente que el. ejército no estaba dispuesto a conceder treguas ni a desmilitarizar ninguna zona del país, tal como exigen los insurgentes para deponer sus armas. Expresó igualmente su dísconformidad respecto a una eventual reanudación de relaciones diplomáticas con Cuba.

En una reunión del Consejo Nacional de Seguridad a la que asistían los jefes de las tres armas, Betancur advirtió que la misión de los militares es obedecer a las autoridades civiles, y que bajo ningún concepto pueden ser deliberantes en cuestiones políticas. Después de subrayar que la Constitución le asigna, como presidente, el cargo de comandante en jefe, citó el reglamento castrense que prevé el pase forzoso a la reserva de los oficiales tras un determinado período de servicio.

Invitación al retiro

El general Landazábal interpretó el mensaje presidencial como una invitación al retiro, lo que formalizó tres horas más tarde. En cualquier caso, su sustituto había realizado también poco antes unas declaraciones en las que coincidía con su antecesor jerárquico. La negativa a un alto el fuego y al restablecimiento de relaciones con Cuba parece así una posición muy arraigada en el alto mando.El presidente Betancur se ha impuesto como tarea prioritaria de gobierno pacificar un país que está virtualmente en quiebra desde el bogotazo de 1948. En noviembre del pasado año promulgó una ley de amnistía que no produjo los resultados que se esperaban, en parte porque excluyó los llamados delitos atroces (secuestro y homicidio fuera de combate), de los que pueden ser acusados los principales dirigentes guerrilleros en calidad de autores intelectuales, y en parte también porque los alzados en armas no se consideraban suficientemente protegidos ante futuras operaciones de represalia por parte del ejército.

Ante el relativo fracaso de la amnistía, el presidente Betancur decidió abrir negociaciones directas por medio de la comisión de paz. La desmilitarización de las zonas de combate y un alto el fuego por parte del ejército son las dos condiciones impuestas por el M-19 y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas), las dos organizaciones más fuertes de la guerrilla, para acogerse a la paz propuesta por el Gobierno. Betancur se habríamostrado dispuesto a negociar con seriedad estas exigencias, así como a decretar indultos personales para los casos excluidos en la amnistía.

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