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El desarme mundial, en juego

Las negociaciones para impedir la fabricación de armas químicas están en una fase muy avanzada

Desde hace algo más de tres años, soviéticos y norteamericanos están intentando llegar, dentro del marco del comité de desarme de la ONU, a un acuerdo mutuamente aceptable que prohiba el desarrollo, la producción y el almacenamiento de todas las armas químicas. El grupo de expertos encargado de preparar el borrador de la futura convención ha vuelto a reunirse a puerta cerrada esta semana en Ginebra. Según ha podido saber EL PAIS, "las negociaciones están en una fase muy avanzada, pero Moscú y Washington no llegan a entenderse todavía sobre las medidas de verificación y control a poner en práctica".En definitiva, lo que pretende la comunidad internacional es un nuevo tratado que complemente el protocolo de 1925, que sólo prohíbe el empleo de armas químicas y bacteriológicas (gases asfixiantes, tóxicos o similares, elementos líquidos, materiales o dispositivos análogos), pero no su fabricación.

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Aunque la utilización de las armas químicas data de la primera guerra mundial, la preocupación por este tema sólo fue evidente, dentro de la ONU, a partir de la década de los cincuenta. Hasta entonces eran asimiladas a las armas biológicas, pero desde 1975 ocupan un capítulo aparte, tras la entrada en vigor de la convención sobre armas bacteriológicas. En el contexto bélico se conceptúan como tales las bacterias, las rickttsias, los virus y los hongos cultivados con intención de matar, destruir o incapacitar. Obviamente, los peligros de proliferación son grandes, y las medidas de protección, además de costosas y complejas, son inadecuadas o ineficaces en muchos casos.

La guerra química es igualmente peligrosa, con el agravante de que cualquier país con una industria no muy sofisticada y unos medios científicos normales estaría, teóricamente, en condiciones de producir este tipo de armas (los agentes neurotóxicos, por ejemplo). En la práctica, no son más que productos químicos, de la misma familia que los insecticidas organofasforados, que envenenan el sistema nervioso, perturban las funciones vitales del organismo y matan rápidamente.

Primera guerra mundial

Otros tipos de armas químicas serían, según la definición de la ONU, los agentes vesicantes, que causaron muchas de las bajas producidas por armas químicas en la primera guerra mundial. Son líquidos aceitosos que queman y producen ampollas en la piel y tienen asimismo efectos tóxicos generales. Los agentes asfixiantes irritan y dañan gravemente los pulmones y los hematotóxicos producen la muerte entorpeciendo la utilización del oxígeno por los tejidos.Son considerados también agentes químicos los gases lacrimágenos y neutralizantes, que provocan irritaciones sensoriales, producen síntomas transitorios de lagrimeo, irritaciones cutáneas y respiratorias y, ocasionalmente, náuseas y vómitos. Se utilizan mucho en la lucha antidisturbios y a veces en la guerra. Los agentes psicoquímicos están destinados a producir perturbaciones mentales transitorias, y, por último, los herbicidas, que envenenan o secan las hojas de las plantas y en ocasiones tienen repercusiones graves en el organismo humano al ingerir frutas, hortalizas, etcétera.

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