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Escepticismo ante Estocolmo

La Conferencia de Estocolmo que se abre pasado mañana, como consecuencia de la Conferencia de Seguridad y Cooperación de Madrid, nace más bajo el signo del escepticismo que de las positivas expectativas generadas hacia una reanudación del diálogo EE UU-URSS, tras la interrupción de las negociaciones de Ginebra y de Viena.La Unión Soviética reitera a diario, desde hace varias semanas, que ni el marco de la conferencia ni la esperada entrevista Shultz-Gromiko pueden variar una situación determinada por la implantación de los euromisiles. Sin decirlo oficialmente, la carta fuerte que también quieren jugar los jerarcas del Kremlin es la de demostrar que por el camino de la presión sus posturas no cambiarán y que, de hecho, toda posibilidad de diálogo está además cerrada -si no se retiran los euromisiles- ante las cercanas elecciones presidenciales, en noviembre, en Estados Unidos. ( ... ).

Este círculo vicioso que a Reagan no le resulta como quería y que ha sorprendido en el Kremlin por la unidad occidental mostrada en torno a los euromisiles, no será roto en Estocolmo. Preveyéndolo -y ayudando así a Reagan a salir del atolladero-, el ex secretario de Estado Kissinger, terminada su misión en Centroamérica, se ha lanzado ahora, desde Bruselas, a nuevas propuestas para reanudar el diálogo Este-Oeste. Su propuesta de relanzar un diálogo de tipo "filosófico y conceptual" para llegar más tarde a acuerdos concretos, refleja la tesis en boga de que la distensión, tal como se conocía hasta ahora, ha terminado, y que hay que buscar, por tanto, nuevas vías de entendimiento.

15 de enero

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