Veto a Verdi
Leí con estupefacción en EL PAIS de 3 de enero una noticia insólita: Patrimonio Nacional no autoriza a Zefirelli a representar la ópera 'Don Carlos' en el monasterio de El Escorial. "El contenido del libreto fomenta la leyenda negra a partir de la versión que se da de Felipe II".... "Monarquía e Inquisición se enfrentan entre bastidores -según el libreto-, y los defensores de la justicia son, finalmente, anulados".Si conocemos la matanza de protestantes en la noche de Saint Barthélemy, en París, la quema de brujas en el siglo XVII en Alemania, la persecución de brujas de Salem -Massachusetts- en 1691, y algunos recientes genocidios soviéticos, hitlerianos, americanos o franceses (guerra de independencia de Argelia, con 2.000.000 de muertos), podemos conocer igualmente la verdadera historia de España, y no vetar a Verdi como no vetamos en el siglo XIX a Hernani, de Víctor Hugo.
No veo que se salvaguarde con este hecho de los poderes públicos, sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico -artículo 9 de la Constituciónel derecho de todos a ser informados, verazmente, equilibradamente, en el contexto de su época y con vistas a las preocupaciones del tiempo presente, sobre Felipe II, la Inquisición y la leyenda negra, y también sobre Verdi y su época -Italia acababa de salir en tiempo de Verdi de una opresión secular de los Habsburgos, sucesores del imperio de Felipe II, no se olvide. Atacar a Felipe 11 era gritar "¡Viva Cartagena!" en la Italia de fin del siglo XIX.
El libreto es casi insignificante frente al canto de la libertad contra la tiranía, del amor frente al poder que significa la ópera en sí. Ni creo que el idioma italiano sea conocido por los centenares de millones de telespectadores europeos.
El Patronato del Patrimonio Nacional o el Ministerio de Cultura pueden, si lo creen oportuno, promover un encuentro internacional sobre la España de los Austrias en el contexto de la Europa de su tiempo, y tratar en él de la leyenda negra, pero no vetar un acontecimiento cultural excepcional. El Patronato se compone, para mi pasmo, de personas conocidas como demócratas, e incluso de algún ilustre y admirado constitucionalista. No ha sido heredado del antiguo régimen.
Espero que el Patronato del Patrimonio Nacional reconsidere su decisión y que todos -los que puedan, que no habrá sitio para todos- disfruten de la ópera de Verdi./ Notario.
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