Los ministros de Asuntos Exteriores árabes inician en Rabat la preparación de la 'cumbre' islámica
Los ministros de Asuntos Exteriores de los países islámicos iniciaron ayer en Rabat dos días de reuniones para preparar la cuarta cumbre de la Conferencia Islámica, que se inaugura el próximo lunes, en un momento especialmente difícil en el que proliferan los conflictos entre sus países miembros y se ha complicado la situación en Oriente Próximo. Por otro lado, la República Turca de Chipre del Norte puede convertirse en el cuadragésimo sexto Estado miembro de la Conferencia Islámica, si los ministros de Asuntos Exteriores logran un acuerdo al respecto, que parece garantizado de antemano.
En una coyuntura extremadamente difícil, los ministros de Asuntos Exteriores islámicos deben preparar el orden del día de la cuarta cumbre, que presenta ya una extraordinaria complejidad, y dejar más o menos esbozadas las resoluciones que serán aprobadas a principios de la semana que viene por los jefes de Estado de los países islámicos.Restablecer el equilibrio
El conflicto Iraq-Irán, que amenaza con dividir a radicales y moderados y la situación en Oriente Próximo, con los últimos intentos de Siria y los disidentes palestinos de acabar con la dirección moderada de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) que encabeza Yasir Arafat, y los intentos de los países radicales de esa región de "restablecer el equilibrio" en la región solicitando el concurso de la URSS son los temas más delicados que tendrá que afrontar esta cuarta cumbre islámica que corre el riesgo de concluir con una abierta división.
Junto a esos temas claves se superponen los problemas y conflictos anteriores, como la presencia de las tropas soviéticas en Afganistán desde hace cuatro años, la división de Líbano, el caso de la comunidad musulmana de Mayotte, y Namibia. La proclamación de la, República Turca del Norte de Chipre, que aspira a verse reconocida por el mundo islámico y ganar así una legitimidad internacional que las Naciones Unidas no han querido prestarle por el momento, añade uno más a estos problemas aparentemente insolubles.
El ministro de Asuntos Exteriores turco, Yahid Hallecoglu, que ya se encuentra desde hace 24 horas en Rabat, se ha reunido con varios de sus colegas, ante los cuales ha defendido la necesidad, según él, de reconocer a la mencionada república turco-chipriota.
El presidente de Turquía, Kenan Evren, que llegará el próximo lunes para representar por primera vez a su país en estas cumbres islámicas, reforzará ante los presidentes y jefes de Estado las gestiones ya realizadas por su ministro del Exterior.
Otro de los temas de primera importancia, también delicado, que tiene planteada esta conferencia, es el de la reintegración de Egipto al concierto de naciones islámicas, como preludio inevitable a su reintegración en el mundo árabe. El camino está abierto para ello desde la entrevista mantenida en diciembre pasado por Yasir Arafat con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, y las recientes declaraciones del líder palestino de que "la nación árabe no puede permitirse la ausencia de Egipto".
El papel de Hassan II
El rey Hassan II de Marruecos ha llevado a cabo un importante papel en esta reconciliación, papel que oficializó con su entrevista de noviembre pasado en las Naciones Unidas con el jefe del Estado egipcio. Numerosas visitas siguieron y precedieron a esa entrevista, y el propio presidente Mubarak afirmaba en una entrevista publicada hace unos días por el diario del Istiqlal, Al Alam, que Egipto no ponía como condición el restablecimiento previo de relaciones diplomáticas para iniciar negociaciones con los países que rompieron relaciones con él en 1979.
La sorpresa por el momento es la participación libia en esta conferencia de ministros, representada por Abdul Ati El Obeidi.
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