Secuestrados los bienes de los antiguos administradores del Banco Ambrosiano
La justicia italiana secuestró la pasada semana los bienes pertenecientes a los antiguos administradores del banco Ambrosiano, institución financiera privada que en 1982 fue el centro de un espectacular escándalo financiero que llegó a salpicar al Vaticano.
La decisión judicial, que afecta a bienes mobiliarios e inmobiliarios por valor de unos 600.000 millones de liras (unos 60.000 millones de pesetas), es de una amplitud que carece de precedentes en Italia.
El escándalo fue descubierto a raíz de la huída al extranjero en 1982 del presidente del banco Ambrosiano, Roberto Calvi, que el 18 de junio pasado apareció ahorcado bajo un puente de Londres, en circunstancias no totalmente esclarecidas.
Las investigaciones sobre la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano revelaron la existencia de un agujero de 1.400 millones de dólares (cerca de 220.000 millones de pesetas) debido a préstamos concedidos por sus filiales extranjeras a sociedades ficticias domiciliadas en su mayor parte en los paises del Caribe.
El Instituto para las Obras de la Religión (IOR), llamado el banco del Vaticano, apareció implicado en el caso, según confirmó el entonces ministro del Tesoro italiano, Nino Andreatta.
La Santa Sede arguyó que el IOR siempre actuó con buena fe, y ha manifestado su intención de contribuir para cubrir el déficit, aunque sus expertos discrepan con los del Estado italiano en lo que se refiere a la naturaleza de la responsabilidades.
La decisión del secuestro judicial, revelada el sábado por la prensa italiana, afecta a unas 50 personas, casi todas acusadas de quiebra fraudulenta. Entre ellas figuran el industrial Carlo Pesanti, el editor Angelo Rizzoli, los hombres de negocios Umberto Ortolani, Flavio Carboni y Roberto Pazienza, así como a dos funcionarios italianos del IOR.
