Washington muestra su satisfacción por la retirada de las tropas de la OLP de Líbano
La Administración del presidente norteamericano, Ronald Reagan, expresó su satisfacción por la retirada de Líbano de Yasir Arafat y las tropas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). "Está en la línea de nuestro objetivo de retirada total de las tropas extranjeras de Líbano", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes.
En términos análogos se espera que se pronuncie el presidente Ronald Reagan en la 21ª conferencia de prensa, prevista para las ocho de la tarde (dos de la madrugada, hora peninsular). Reagan deberá precisar también cuál es el plan de permanencia de los soldados estadounidenses en Líbano.Washington protestó levemente en dos ocasiones durante la jornada del pasado lunes por los bombardeos de barcos israelíes contra las posiciones de la OLP en Trípoli, hecho que retrasó la salida de Arafat y sus tropas. Finalmente, el abandono de Arafat de Líbano se interpreta como un gesto positivo para la política estadounidense en Oriente Próximo, centrada en lograr la retirada de las tropas extranjeras de Líbano.
El presidente Reagan explicará a la nación los objetivos de la continuidad de los marines en Líbano, junto a los bombardeos de la VI Flota contra posiciones sirias, como réplica a los ataques contra aviones de reconocimiento americanos sobre territorio libanés controlado por los sirios. Reagan deberá despejar las incógnitas que pesan en EE UU sobre el calendario de permanencia de soldados norteamericanos en Líbano, 240 de los cuales fueron víctimas mortales del atentado contra las instalaciones americanas en Beirut a mediados del pasado mes de octubre. '
Es probable que Reagan aproveche también su mensaje a la nación, a través de la conferencia de prensa televisada, para advertir al Gobierno libanés del presidente Amín Gemayel de la necesidad de esfuerzos suplementarios destinados a consolidar y ampliar el control de las tropas libanesas en su territorio nacional.
Mientras los palestinos de - la OLP se retiran, por segunda vez, de sus posiciones en Líbano, la Administración Reagan reanuda su diplomacia directa con la presencia del enviado especial del presidente Reagan, Donald Rumsfeld, a la zona. Después del fracaso de EE UU para convencer a Siria de que se retire de Líbano, resulta altamente significativa la presencia de Rumsfeld en Irak, uno de los países árabes que hoy son enemigos de Siria. EE UU e Irak no tienen relaciones diplomáticas desde la guerra entre Israel y Egipto de 1967.
Rumsfeld se encuentra en Damasco para intentar, al parecer, una doble misión diplomática. Por una parte, demostrar a Siria que EE UU podría contar con nuevos aliados en el mundo árabe. Por otro lado, a pesar de la neutralidad oficial de EE UU en la guerra entre Irak e Irán, Rumsfeld podría ofrecer nuevos acuerdos de cooperación militar a Irak. Sobre todo como consecuencia de los lazos entre Irán y los autores islámicos de los atentados en Oriente Próximo contra instalaciones militares y diplomáticas de EE UU, junto con Francia, en Beirut y Kuwait.
Siempre en el contexto de Oriente Próximo, principal preocupación de la política exterior de EE UU en estos momentos, se encuentra en Washington el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Kamal Hassan Alí, para una serie de entrevistas con el secretario de Estado, George Shultz, y otras altas personalidades de la Administración Reagan.
Kamal Hassan Alí es portador de un mensaje especial del presidente egipcio, Hosni Mubarak, para el presidente norteamericano, Ronald Reagan.
El Cairo se inquieta por el reciente acuerdo de cooperación militar entre EE UU e Israel, contraído hace unas semanas en Washington entre los presidentes Reagan y Shamir. Reagan intentará tranquilizar a los egipcios con la posible concesión de un programa de ayuda económica y militar por valor de unos 1.100 millones de dólares.
