La vacuna contra la hepatitis B, posible prevención contra el cáncer de hígado

Una investigación realizada en China bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pretende demostrar que la vacuna contra la hepatitis B puede constituir una forma eficaz de prevención contra uno de los 10 tipos de cáncer más comunes en el mundo, el carcinoma hepatocelular. Este tipo de cáncer es mortal y causa 250.000 fallecimientos anuales, principalmente en Asia y en África.Los experimentos se basan en recientes estudios epidemiológicos que señalan que el carcinoma hepatocelular es una complicación muy común de la hepatitis B crónica. El cáncer tarda en desarrollarse entre 20 y 40 años y puede afectar a personas que han tenido una infección tan leve que haya pasado inadvertida.

La evidencia existente del vínculo entre la hepatitis B crónica y el cáncer hepatocelular "es en la actualidad lo suficientemente fuerte como para justificar el uso de una vacuna contra esta infección como medio de prevenir este tipo de cáncer", ha señalado un grupo de expertos reunido recientemente por la OMS. En su informe, sé afirma que el virus causante de la hepatitis B es el mayor carcinógeno humano después del tabaco.

Los estudios que confirmen esta hipótesis tardarán, no obstante, varias décadas en completarse. China tiene especial interés en el tema por ser el cáncer de hígado el tercero por el número de casos en ese país, ha señalado Jan Stjernsward, director del programa de cáncer de la OMS.

En la actualidad, los científicos chinos están recogiendo sangre para elaborar su propia vacuna. La vacuna contra la hepatitis B que existe en otros países se deriva de la sangre de personas que sufren de forma crónica la enfermedad, la mayoría de los cuales son homosexuales varones, lo que ha llevado a pensar que la vacuna puede ser una forma de transmisión del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Una reciente reunión de la OMS ha mostrado, en base a estadísticas, que no se ha producido transmisión de ninguna infección a través de la vacuna, aunque de todas maneras se estudia la forma de sintetizarla por técnicas de genética molecular, lo que anularía cualquier riesgo y podría lograrse, según los científicos, en dos o tres años.