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Maravall afirma, frente a las críticas de la oposición, que la ley de Educación garantiza "todas las libertades para todos"

"Espero que esta ley, cuando entre en vigor, pueda verse como la ley de todas las libertades para todos", dijo ayer el ministro de Educación, José María Maravall, al intervenir en la primera sesión plenaria del Congreso de los Diputados dedicada a la discusión de enmiendas parciales a la ley Orgánica del Derecho a la Educación. El ministro respondía así a las acusaciones lanzadas por el Grupo Popular en el sentido de que lo que se pretende con este polémico proyecto es "estatalizar la enseñanza" y "meter mercancía de matute".

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Los primeros escarceos en esta segunda fase de la confrontación parlamentaria sobre la LODE se produjeron ayer cuando el Grupo Socialista pateó algunas frase agresivas hacia el ministro de Educación, pronunciadas por el diputado de Alianza Popular Francisco Soler Valero. Pero la premura de tiempo y el hecho de que el principal defensor de las enmiendas de la oposición conservadora, Óscar Alzaga, no llegase a intervenir en el debate de ayer, hace que las espadas queden en alto hasta la continuación, esta tarde, de la sesión. Ayer apenas pudo llegarse al debate de las enmiendas parciales presentadas al título preliminar.Maravall dio fin al primer día de debates sobre la ley de Educación con una larga y mesurada intervención, en la que realizó un repaso completo a la ley, glosando reiteradamente las libertades que posibilita el proyecto -de creación de centros, de elección de los mismos por los padres, de implantación o no la enseñanza de religión- y trató de quitar hierro al debate. Entre otras cosas, Maravall prometió un pronto diseño completo de la reforma de las enseñanzas medias, terreno en el que "la improvisación es cosa del pasado", y opinó que será posible la gratuidad de la enseñanza en 1984, en la mayor parte de los centros concertados, si se respetan las cifras de los actuales presupuestos.

Soler Valero, quien ayer llevó el peso de la oposición conservadora en sus críticas a la LODE, se mostró irónico al referirse a la "edulcorada intervención", "magnífica si hubiese sido televisada", del ministro. Pero, agregó, "no basta con hacer bellas declaraciones". Anteriormente, Soler se había mostrado más agresivo, acusando de "violencia verbal" al ministro y de contradecirse con el tono de prudencia que habitualmente emplea el presidente del Gobierno en sus discursos públicos.

"Maravall no actúa como ministro de Educación de todos los españoles", acusó Soler, quien arremetió, sin citarlos expresamente, contra algunos medios de prensa y contra la mitad de la Cámara "que no ha leído siquiera el texto enviado por el Gobierno" (aquí se produjeron pateos y una severa reprimenda del presidente de la Cámara, Gregorio Peces-Barba).

Los ponentes socialistas José Vicente Beviá, Victorino Mayoral y Jerónimo Nieto fueron los encargados, junto con el propio Maravall, de la defensa del proyecto, y de ellos sólo Nieto respondió de alguna manera al tono de Soler, al acusar al Grupo Popular de "proponernos unos modelos que favorezcan aún más a los que siempre han estado favorecidos".

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En general, contando con la ya habitualmente escasa asistencia de diputados del Grupo Popular y también de ministros del Gobierno, el que se ha considerado último gran debate parlamentario de este año comenzó con breves escarceos entre socialistas y populares, en los que un lado acusaba al otro de pretender perpetuar privilegios, mientras el contrario replicaba que el Gobierno trata de estatalizar la enseñaza.

Minoría Catalana

El diputado popular por Ciudad Real Manuel Diaz Pinés, considerado uno de los miembros más conservadores de su grupo, llevó estas acusaciones a la exageración al pedir, en una enmienda particular, que la LODE modificase su título por el de Estatuto de Estatalización Encubierta, algo calificado por el socialista Beviá de "tendencia a la caricatura", lo que hizo que Piniés fuese respondido con suma brevedad y sus enmiendas, simplemente, rechazadas. El diputado de la Minoría Cátalana Josep López de Lerma, pese al más que rumoreado pacto que liga a su grupo con el socialista en este proyecto, negó que esta ley garantice la gratuidad, al menos de momento, y la consideró discriminatoria por razones familiares, sociales y económicas. López de Lerma defendió dos enmiendas, solicitando la gratuidad de la educación entre 4 y 16 años, y la obligatoriedad entre los 6 y los 16, así como la gratuidad de la educación especial. En un sentido similar, se produjeron enmiendas del diputado de Euskadiko Ezkerra, Juan María Bandrés, y del comunista Fernando Pérez Royo.

Todo hace pensar que cuando esta tarde se entre en materia, comenzará una dura discusión parlamentaria cuyos perfiles no parecen haber llegado a ser pactados entre Gobierno y oposición conservadora. Ésta parece cifrar tácitamente grandes esperanzas en la manifestación convocada por CECE, FERE y Asociaciones de padres de alumnos para el próximo sábado en defensa de la libertad de enseñanza y, obviamente, contra la LODE.

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