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Julio Caro presenta "la obra secreta de un señor de 69 años" en la exposición 'Documentación y algo de locura'

"Ésta es la obra secreta de un señor de 69 años". Julio Caro Baroja antropólogo e historiador, define así su exposición de dibujos y pinturas - Documentación y algo de locura de Julio Caro Baroja-, inaugurada el pasado fin de semana en Pamplona. La muestra está constituida por 100 dibujos de La casa en Navarra, 12 óleos -"que no son la obra de un genio o de un joven, aunque, desde luego, tampoco de un loco", según sus palabras-, 20 dibujos fantásticos -"que hago, cuando estoy triste, para animarme"- y por el denominado belén de Itzea. La presentación del libro La casa en Navarra, quizá la obra más original e intensa de Caro Baroja, en el que ha trabajado en los últimos seis años, ha servido para dar a conocer la vertiente desconocida de este Baroja.

Documentación y algo de locura de Julio Caro Baroja es el lema de la exposición de dibujos y pinturas inaugurada el viernes en Pamplona y que constituye, en palabras del propio Caro, "la obra secreta de un señor de 69 años". La muestra -abierta al público con ocasión de la presentación del libro La casa en Navarra, publicado en la colección Biblioteca, de la Caja de Ahorros de Navarra, en cuatro lujosos volúmenes, quizá la obra más intensa y original de Julio Caro- está compuesta por 100 dibujos fantásticos y el belén de su casa de Itzea, en Vera de Bidasoa (Navarra).Los dibujos expuestos sobre La casa en Navarra se reproducen en el texto y son apuntes de campo "que, expuestos aquí", comenta, "quedan magnificados. A través de ellos se puede tener una idea de la variedad de la construcción arquitectónica de Navarra. Los 20 dibujos en color son, sin embargo, de carácter fantástico. Son", señala el antropólogo madrileño, "dibujos con temas también sarcásticos, humorísticos, que hago cuando estoy con el temple entristecido, lo cual quiere decir que he estado entristecido muchas veces..., y los realizo para animarme".

Precisamente estos dibujos dan origen a cuentos que a veces escribe. "Muchas veces, mientras dibujo", comenta Caro Baroja, "voy haciendo mentalmente un cuento, una narración literaria corta, que sale expresada en el dibujo, y luego, en ocasiones, lo escribo. Creo que así tengo 18 de estos cuentos, pero no he publicado ninguno, aunque no sé si resultaría, porque yo no soy un literato profesional de imaginación, sino un antropólogo y etnógrafo".

Rotuladores y bolígrafos

La mayor parte de los 20 dibujos que se exponen en esta sala están realizados con rotuladores y bolígrafos, ya que el rotulador, según comenta Caro Baroja, "da una flexibilidad que antes no tenían las cajas de lápices de colores. Da una mayor viveza, aunque también empleo los lápices de color, con complemento de cosas más suaves".Sobre los óleos que expone comenta, por otra parte, que los ha hecho, al igual que sucede con los dibujos, para divertirse y como medio de margen de su trabajo profesional. "De la calidad de esas pinturas no voy a hablar, aunque se ve que no están pintadas por un genio o un joven (tengo 69 años), aunque, desde luego, tampoco por un tonto", afirma.

Aquelarres de brujas, duendes, gnomos, paisajes de ficción y, en cualquier caso, temas antropológicos constituyen la temática principal de sus cuadros, los últimos de los cuales están pintados con colores muy vivos -sobre todo, de rojos fuertes-, mientras que los primeros están con tonos más suaves. Uno de estos óleos le supone una semana de trabajo "en horas perdidas", dice.

Asimismo, en esta muestra de dibujos y pinturas se presentan los que ha dado en denominar El belén de Itzea, realizado por Caro Baroja cuando su sobrina era una niña, "y ahora es ya una joven. Lo único que hice de esto son los paisajes fantásticos, las casas, la vegetación, el entorno. Ahora, los sobrinos son mayores y ya no tiene mayor función, salvo su originalidad".

Ésta es la segunda exposición de Julio Caro Baroja. La primera la realizó hace cinco años en San Sebastián, donde vendió todos los cuadros, de lo cual se lamenta profundamente. Recalca una y otra vez que él no es un pintor profesional de la pintura.

Artesanía familiar

El antropólogo, al que recientemente se le concedió el Premio Príncipe de Asturias, insiste varias veces en que no quiere desprenderse de ninguno de sus cuadros, "porque es una obra que hago como artesanía familiar, por un escape del trabajo profesional, y en ese caso me resulta como algo íntimo que no tiene por qué ponerse en comparación con las cosas que hacen los profesionales de la pintura", señala. "Cuando terminé la exposición de San Sebastián", agrega, "me dieron unos dineros, que están muy bien siempre, pero tampoco me resolvieron ningún problema", comenta.Algunos de los cuadros y dibujos expuestos en esta galería de arte tienen más de 20 años. Los más antiguos son fáciles de reconocer, según Baroja, ya que son los que tienen los tonos más claros y finos. Dibujar es algo que he hecho toda la vida", explica, "aunque pintar con cierta asiduidad hará unos 20 años que empecé. Unas veces pinto más que otras, o bien me dedico únicamente a realizar dibujos con bolígrafos o rotuladores. Según el estado de ánimo".

Si bien Caro Baroja aclara que pintar y dibujar le sirve para descansar, "porque escribir y leer me cansa mucho, y yo noto que los escritores viejos se cansan antes que los pintores", rápidamente puntualiza que a él lo que más le gusta es escribir y leer "mis cosas técnicas o particulares, y luego esto, que lo hago por tener un margen de imaginación y fantasía que el dibujo documental no me da".

Insiste en que seguirá pintando "porque no quiero descansar. Si a mi edad empiezo a descansar, es que estoy enfermo o que ya estoy chocheando, y eso no", afirma.

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