Los ministros de Defensa de la OTAN consideran reversible su decisión de proseguir el despliegue de los euromisiles
Por primera vez desde 1978, una reunión de 14 ministros de Defensa de la OTAN en el marco del Comité de Planes de Defensa no mencionó un aumento de los gastos militares. La OTAN había decidido cinco años atrás aumentar estos anualmente en un 3% en términos reales. El comunicado final de la reunión concluida ayer reafirmaba los principios de la OTAN sobre los euromisiles, declarándose dispuesta, en caso de acuerdo con la URSS, a "parar, modificar o invertir el despliegue".
En este tema, Dinamarca, forzada por su Parlamento, y Grecia expresaron una reserva formal. España mantuvo la reserva global ante el comunicado que se instauró desde la llegada al poder del Gobierno socialista, sólo que esta vez estaba redactada de modo más directo. Francia e Islandia no participan en estas reuniones. Presentando la reunión hoy de los titulares de Asuntos Exteriores, el secretario general de la OTAN, Joseph Luns, señaló que había llegado a "su cúspide uno de los años más significativos de la Alianza" aludiendo a que "es causa de satisfacción, pero no de optimismo excesivo", pues "se ha superado la prueba de voluntad" frente a una URSS que no quería llegar a un acuerdo y sí evitar el despliegue de los euromisiles norteamericanos. Luns señaló que en los 20 últimos años la OTAN había reducido su capacidad nuclear en un 75%.Luns añadió que "la situación de las relaciones Este-Oeste es preocupante" y no se mostró partidario de fundir las negociaciones START sobre armas estratégicas con las de los euromisiles, pues podrían peligrar las primeras. Aunque el secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, siguió esta línea, matizó al indicar que "estamos dispuestos a negociar en cualquier mesa". Los dos días de reunión estuvieron centrados sobre la necesidad de reforzar la defensa convencional de la OTAN y sobre las nuevas tecnologías que pueden modificar estas fuerzas sin tener que hacer uso de más hombres.
Todos insistieron en la necesidad de cooperación transatlántica en este terreno. Pero sí se habló de los nuevos proyectos de infraestructura de la OTAN -3.600 millones de dólares en los próximos seis años-. Países como el Reino Unido, Bélgica y Holanda han optado por no seguir el próximo año la pauta del 3 %, lo cual ha irritado a Washington.
Estas discusiones, de carácter más bien técnico, tuvieron su momento político cuando Andreas Papandreu, ministro de Defensa y primer ministro de Grecia, aprovechó la sesión restringida para atacar a Turquía por la declaración de independencia de los turco-chipriotas.
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