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Núria Espert y Rafael Alberti

alcanzaron un gran éxito en el recital poético que han dado en León. El público leonés consiguió meterse en la insuficiente sala en un número muy superior al aforo posible. El presidente de la diputación hubo de sentarse en el suelo del escenario. Otros muchos seguían el recital desde el vestíbulo, en medio de murmullos y peticiones de silencio. En un momento, Núria, que intentaba hacerse oír, no pudo más e indicó que no podía seguir porque "la poesía es demasiado frágil para ser leída en medio del barullo". Al final todo se arregló. Núria pidió al público que subiera y se sentara en el suelo del escenario a fin de permitir la entrada a los que permanecían en el vestíbulo y el recital continuó con decenas de espectadores sentados a los pies de la actriz y del poeta.

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