_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Pajaritos en su plato

El pajarito invade las mesas -o, más frecuentemente, las barras de bar- de media España. En Madrid se comen fritos, después de cocerlos; de la misma guisa se comen en amplias zonas castellanas y manchegas, siempre bajo el impreciso nombre de pajaritos. En otros sitios se afina más: cogullas de Aragón, gorriones de Estella, zorzales de Jaén.El zorzal -"la caza más delicada", según Ángel Muro, en su Practicon- es muy apreciado en Francia, donde su caza hoy está prohibida. El chef Paul Bocuse se quedó prendado, en su primera visita a Madrid hace siete años, de unos zorzales jaeneros, cazados entre olivos, que le sirvió C. Cortés en su Club-31. Se exportan, pues, muchos a Francia. Y las latas no suelen precisar su origen, como tampoco el de esos marrons glacés hechos con castañas gallegas.

Más información
La cosecha de muerte de los pajareros furtivos

No siempre se otorga gran atención gastronómica al pajarito: Luján y Perucho, en su Libro de la cocina española, lo ignoran. En cambio, el propio Bocuse da recetas de zorzales y precisa que el asado es "la única forma racional" de preparar algo tan pequeño. Y Muro apunta que "lo más natural y elegante es comerlos con la mano, pero con maestría y delicadeza".

Por su parte, la condesa de Pardo Bazán muestra una precoz conciencia ecológica al escribir: "La caza de estos pajaritos debiera estar prohibida. Son tan bonitos y tan útiles que da pena verlos llegar estofados y muertos. La agricultura pierde mucho con la persecución de los pajaritos, que viven de insectos, larvas y gusanos". Y de uvas y aceitunas, agregan los partidarios de su caza.

Sus reparos no impiden a la condesa publicar cuatro recetas de pajaritos, entre ellas una del periodista y escritor José Ortega Munilla, uno de los grandes aficionados de entonces a esas pequeñas aves.

Escribe Ortega Munilla: "El zorzal, en opinión del tío Juan, quiere ser asado. Vacío y limpio, se le pone dentro una aceituna deshuesada y un polvito de sal. Se le ensarta con otros compañeros en una vareta de hierro y se les asa, cuidando de que no les dé la llama. 'Así comió los zorzales mi abuelo', añade el tío Juan".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_