Seis provincias quedarán sin diarios, y otras siete, con uno sólo, si no surgen compradores para los medios estatales
Seis provincias españolas pueden quedar sin ningún periódico propio y otras siete con el monopolio de un único rotativo en manos privadas, si no surgen compradores para los periódicos de la cadena de Medios de Comunicación Social del Estado. La tendencia registrada entre los trabajadores es que desean pasar a la Administración, y los empresarios de prensa no han mostrado interés por adquirir estos medios debido a los problemas que plantearían de reconversión de personal y de maquinaria. Éstos aseguran, no obstante, que los vacíos de prensa provincial que presumiblemente se producirán con la liquidación de la cadena del Estado, los ocuparán nuevos periódicos.
Cuenca, Tarragona, Zamora, Melilla, Jaén y Huesca pueden quedar sin ningún periódico editado en la capital o en la provincia si no acuden compradores a las tres subastas en las que se pondrán a la venta Diario de Cuenca, Diario Español, El Correo de Zamora, El telegrama de Melilla, Jaén y Nueva España. Se trata, en general, de periódicos de poca tirada y de economía ruinosa, pero que representan la única voz periodística propia.Si se da el mismo supuesto de liquidación sin compradores, Cantabria, Córdoba, Salamanca, Almería, Gerona, Castellón y Huelva quedarían con un sólo periódico editado en la provincia. Alguno de los periódicos de la cadena de MCSE que se editan en estas provincias, como Alerta, de Santander, produce ganancias pero la valoración de salida en la subasta de este caso concreto se acerca a los, 600 millones de pesetas, cifra que parece excesiva a los empresarios de prensa que estarían dispuestos a comprarlo. En caso de no surgir compradores quedarían como únicos periódicos de carácter totalmente local sólo los ahora existentes en la esfera privada, es decir, uno por cada una de estas provincias.
Problemas de personal
La solución de los problemas que podía plantear la reconversión del personal de la cadena de MCSE ha sido la tarea acometida en la última etapa de estos medios. La dirección de MCSE ha tenido que distribuir o reciclar a dos tipos de personal: el que procedía de la antigua cadena del Movimiento y el de las nuevas generaciones de jóvenes, que ha posibilitado la modernización de algunos de estos medios y la apertura a las nuevas condiciones de la sociedad española. Fueron cambiados 16 directores de otros tantos periódicos de la cadena y se racionalizaron los recursos tanto económicos como redaccionales y de equipamiento.
En el último año, la Administración socialista ha tomado decisiones para que los 22 periódicos se mantuvieran por lo menos en la misma difusión y para que no aumentaran sus pérdidas. También se constituyó un equipo redaccional, dirigido por Malén Aznárez, directora del departamento de Prensa de MCSE, que suministró a aquellos periódicos de la cadena que lo deseaban reportajes sobre diversos temas deAa actualidad y artículos de políticog y hombres de la cultura de todas las tendencias del arco parlamentario.
La dirección de MCS ha tenido también que hacer frenth a determinadas protestas y denuncias contra la subasta que han hecho miembros del comité intercentros de los trabajadores, por una parte, y, por otra, las acusaciones de otros trabajadores sobre casos concretos de admisión de nuevo personal unos meses antes de que los periódicos sean subastados.
En la actualidad, están trabajando en activo en la cadena de estos 22 periódicos del Estado 1.872 trabajadores de redacción y talleres, que pueden elegir entre permanecer en los periódicos aunque éstos se subasten o pedir el paso a la Administración central o autonómica. Pendientes de adscripción se encuentran en estos momentos 355 trabajadores, y ya han pasado a la Administración 1.452. Según fuentes de MCSE, la mayor parte de los trabajadores se inclinan por pasar a la Administración.
Cautela de los empresarios
Los problemas que plantería la reconversión del personal, acostumbrado casi en su totalidad al ritmo de un trabajo sustentado por el dinero de la Administración y no de la empresa privada, junto a la obsolescencia de la tecnología de estos medios, y a la necesidad de cambiar muchos de los nombres, con claras connotaciones del anterior régimen, son algunos de los obstáculos que encuentran los empresarios de prensa.
Los adquirientes no heredarán las deudas ni los beneficios. Es decir partirán desde cero, pero deberán hacerse cargo del personal -en caso de que éste no haya optado por pasar previamente a la Administración-, de los inmuebles y de las maquinarias. La mayor parte de éstas son obsoletas. "Lo ideal sería", dice Pedro Crespo de Lara, secretario general de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE), "que estos periódicos fueran a parar a editores de oficio".
Para elsecretario de la AEDE estamos en el comienzo de una nueva situación que va a cambiar el mapa de los periódicos y que va a hacer que surjan otros nuevos".
