El Oncológico de l'Hospitalet
El nuevo Oncológico ha tenido su génesis y desarrollo sin calar en la vida de l'Hospitalet. Sus impulsores y los anteriores munícipes sólo consideraron esta localidad como un solar en que asentar el polémico proyecto. A fuerza de diálogo, tenso en no pocas ocasiones, se ha conseguido que, cuando menos, no lesione más la ciudad con residuos radioactivos o malas soluciones urbanísticas. Hace unas semanas lo visité. No es un hospital alegre -pocos lo son-, pero en cambio la alegría sí estaba en los rostros de los mentores del hospital, que esperan ver su obra funcionando en breve. Ahora este monstruo necesita alimentación para pasar del letargo a la vida animada, y aquí aparece el problema de la financiación. ¿Quién pagará este sueño de técnicos eficaces y voluntades caritativas?. Hasta ahora ha sido fundamentalmente dinero público el que ha sufragado el hospital, y parece quePasa a la página 12
El oncológico de l'Hospitalet
Viene de la página 11seguirá siendo así en el futuro a través de un concierto con la Seguridad Social. Difícil malabarismo el de que se nos presente como servicio indudablemente público una entidad privada.
También es difícil explicar qué sentido tiene un hospital especializado en cáncer a un palmo de la residencia Príncipes de España, que hace solo unos días inauguró instalaciones que la convierten en centro puntero de la asistencia oncológica y con capacidad para atender a 1.500 enfermos al año.
Ahora el Oncológico dice estar económicamente con el agua al cuello y lanza un sos: alguien tiene que suscribir el resto de la deuda pública que ha emitido. Al final, Generalitat mediante, volveremos a pagar todos. / alcalde de l'Hospitalet de Llobregat.
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