Los grupos mayoritarios, insatisfechos con el debate de presupuestos en comisión
El debate técnico del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1984 se ha desarrollado casi sin transacciones entre el Grupo Socialista y la oposición conservadora. Ambos han mostrado su preocupación por este hecho, a la vez que han iniciado contactos para modificar el reglamento de la Cámara, con el fin de animar los debates en comisión.Al margen de haber provocado el cruce de acusaciones -"totalitarios", han dicho unos, "desestabilizadores", los otros-, el asunto ha puesto en evidencia la necesaria adecuación del reglamento de la Cámara a un debate de tal envergadura. La actual estructura representativa haría irremediable que se repita lo de este año: sesiones de comisión apagados por el temor a que los otros extraigan ideas para sus discursos del pleno, e introducción casi exclusiva de las enmiendas promovidas por el grupo socialista, autor del proyecto.
En este ambiente, una reunión mantenida a primerias horas de la noche del jueves por el Grupo Popular fue interpretada, en fuentes socialistas, como la confirmación de que la oposiciónhabía asistido a los tres días de sesiones de comisión sin haber preparado sus discursos a las secciones (reparto del dinero por centros gestores del gasto). Aunque medios conservadores desmintieron la interpretación, sí confirmaron que "ultimaron" sus discursos de cara a pleno que se inicia el próximo lunes.
El Grupo Popular apenas había defendido en comisión enmiendas a las secciones, aunque pidió su votación para que pasaran al pleno. En pasillos, sus portavoces dijeron que era por la negativa socialista a cualquier transacción "Encima", agregaron, "vienen a cazar nuestros argumentos para preparar sus discursos". Así se dio la paradoja de que la mayor parte de las intervenciones, conservadoras tuvo como objeto atacar las modificaciones promovidas por los socialistas. Es decir, que indirectamente apoyaban el texto del Gobierno.
Buena parte del desinterés ha procedido de la falta de adecuacíón del reglamento de la Cámara a unos presupuestos que aparecen por primera vez repartidos en programas, lo que permitirá, además de atribuir las partidas a un centro gestor, medir su eficacia. Ello dificulta, cuando no imposibilita, las comparaciones con años anteriores. Estas dificultades han sido acrecentadas también por el fenómeno de las mayores transferencias a las autonomías y la inexistencia de una administración al servicio del presupuesto.
Flexibilidad desaprovechada
De otro lado, la flexibilidad mostrada por el presidente de la comisión para facilitar los cambios de dotaciones dentro de cada programa -el reglamento sólo los permite en cada sección, pues debe llevar contrapartida toda disminución de ingresos o aumento de gasto- sólo ha sido aprovechada por los representantes socialistas, que han introducido decenas de enmiendas, algunas con cierta repercusión económica.Mientras no se modifique el reglamento, tarea para la cual ya hay contactos entre los dos principales grupos parlamentarlos, el desinterés se mantendrá, al menos en comisión. Este año, en los tres días de debate ni siquiera han participado una sola vez el comunista Pérez Royo o el representante del CDS, Rodríguez Sahagún. Y el presidente, Alfonso Osorio, llegó a decir, para animar las votaciones: "Me parece bien que no larguen sus señorías largos discursos. Pero por lo menos levántenme el brazo".
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