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El flamenco, después de Antonio Mairena

Presentación del último disco del 'cantaor', a beneficio de los flamencos ancianos

La última aportación que Antonio Cruz García, Antonio Mairena, hizo en vida al arte flamenco, donde su ausencia es dificil de llenar, fue un homenaje artístico y material a los cantaores y bailaores veteranos. El maestro grabó, poco antes de morir, un disco titulado El calor de mis recuerdos, que esta tarde será presentado al público en el Paraninfo de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.

Los beneficios de su puesta a la venta serán destinados a los fines de la Institución para la Tercera Edad de los Artistas Flamencos (ITEAF). La ITEAF es un organismo de reciente creación que obedece a la preocupación de numerosos profesionales, personalidades y representantes de peñas flamencas por la penosa situación en que terminan muchos artistas cuando les llega la hora triste de la retirada. Su objetivo final es conseguir la incorporación a la Seguridad Social y la pensión de jubilación para los artistas jubilados, pero, mientras se logra esa solución definitiva, viene realizando labores asistenciales. Hasta ahora, la institución ha organizado tres festivales a beneficio de los flamencos ancíanos.

La idea del disco a beneficio de la ITEAF partió del propio Antonio Mairena, maestro indiscutido del flamenco contemporáneo. En él interpreta soleares, siguiriyas, bulerías, tientos-tangos, romeras y unas impresionantes tonás que él denomina La madrugá. Se incluye asimismo, un mensaje del artista asegurando que ésta, su última obra, no es pretenciosa ni responde a una excesiva afición artística, sino que quiere significar su personal homenaje a la tercera edad flamenca.

No hay sucesores

Contra lo habitual, el disco ha sido grabado íntegramente en Sevilla y editado por Pasarela. Enrique de Metchor y Pedro Peña acompañan a Mairena a la guitarra. En los ambientes flamencos y culturales de la región hay una gran expectación por conocer el último trabajo de Antonio Mairena, del que se han impreso 2.000 ejemplares y, cuyos gastos han corrido a cargo del Departamento de Flamenco de la Junta de Andalucía.La muerte de Antonio Mairena, ocurrida el pasado día 5 de septiembre, no sólo ha significado un grave quebranto para el flamenco de este siglo. También ha puesto a cavilar a todos los que viven de o piensan en este arte antiguo y misterioso. Cuando las cenizas del maestro todavía están calientes, no puede decirse que el debate en serio haya siquiera comenzado, pero sí hay una gran pregunta inevitable para entendidos y profanos: "¿Después de Mairena, qué?". La respuesta más común es que, después de Mairena, el cante, flamenco sigue su camino, pero que todavía no existe nadie que en propiedad pueda sucederle.

El motivo no es otro que el propio gigantismo de la figura a suceder. "Se puede decir con los ojos cerrados que ha sido el mejor cantaor de este siglo", opina sin rubor Francisco Vallecillo, responsable del Departamento de Flamenco de la Junta de Andaliacía. Para Moreno Galván era "un maestro tan enorme, de tal tamaño, que va a ser muy difícil que alguien se convierta en sucesor suyo. Todos los demás están a años-luz de Antonio", confiesa el joven crítico Emilio Jiménez. Ninguno de los artistas que hoy son alguien en flamenco se han atrevido a comparársele.

Todas las opiniones coinciden en afirmar que, en la actualidad, no puede llenarse con rigor el hueco dejado por Antonio Cruz García, a quien su corazón enorme dejó en la cuneta a los 74 año, en plena madurez artística. Cuentan que una noche, durante la grabación de su último disco, cuyos beneficios irán destinados a la llamada tercera edad del flamenco, los guitarristas Enrique de Melchor y Pedro Peña tuvieron que suspender el. trabajo llorando de entusiasmo porque no se podía cantar mejor de lo que ellos estaban oyendo.

Ahora bien, también se constata por todas partes que el flamenco existió antes de Mairena y que, lógicamente, seguirá viviendo sin él. "El cante es como los olivos o los jaramagos", explica el gran aficionado y también artista Luis Caballero, "que crece solo o casi solo, y así continuará, aunque con él hayamos perdido al último genio". No puede aplicarse aquí la anécdota en la que el mismo Antonio Mairena, tras oír cómo Manuel Torre cantaba para rabiar, se negó a seguir actuando y, dijo: "El espectáculo ha terminado". El espectáculo flamenco no ha terminado, desde luego. Incluso se encuentra en un momento de esplendor en cuanto a eco popular e interés público.

Epoca de esperanzas

Pero en el horizonte inmediato no se adivina un nombre indiscutible para heredar a Antonio Mairena como encarnación del magisterio vivo del cante y punto de referencia obligado para cabales y aprendices. "Estanios en una época de grandes esperanzas, pero no de grandes realidades", es el diagnóstico resumido de Vallecillo. Habrá que esperar pues, para conocer quién merece adueñarse de la cuarta llave de oro, símbolo de sabiduría flamenca que Mairena guardó con toda justicia desde 1962, cuando le fue concedida, hasta su muerte.Las contadas voces que se han apresurado a entonar el inmisericorde rey puesto y recordar cierto compromiso de que los flamencos de Córdoba organicen pronto un concurso de cante.jondo, del que saldría la cuarta llave de oro, han caído en saco roto, pero han levantado protestas muy mayoritarias. "Esto es cosa de los cuervos de siempre", parece que comentó El Cabrero. "No tiene por qué ser algo inmediato. No hay más que recordar que entre la segunda y la tercera llave de oro pasaron casi 40 años", declaró Fosforito.

Aficionados, profesionales, estudiosos y críticos no dudan en asegurar que es pronto para meterse en una empresa de esa envergadura -designar al sucesor de quien durante 21 años tuvo el cetro del flamenco en su garganta y que los presuntos candidatos tendrán que esperar unos años y demostrar día a día que valen. La primera formulación pública de estos pensamientos la ha hecho la cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera, una ciudad puntal del flamenco que, sin embargo, no cuenta con ninguna figura señera. En su opinión, sería "fatal y peligroso para la cultura tradicional andaluza cualquier tipo. de apresuramíento en la concesión de la cuarta llave de oro del cante".

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