El agua, acogida con euforia en la calle, y con cautela, entre las autoridades andaluzas
Desde media tarde del miércoles llueve en toda Andalucía, con especial Intensidad en sus provincias occidentales. El agua ha sido acogida con euforia en la calle y con cautela entre las autoridades, al tiempo que ha provocado no pocos problemas en forma de pequeñas inundaciones, bien acogidas, en cualquier caso, por los vecinos de las capitales andaluzas, un millón y medio de los cuales sufren restricciones en el suministro diario de agua. La borrasca se ha reforzado en las últimas horas y se espera que las lluvias continúen durante varios días más, lo que comenzaría a dar paso a la recuperación de los pantanos.
La falta o escasez de lluvias ha colocado a Andalucía en una situación precatastrófica. Las pérdidas en el campo son enormes, las perspectivas de siembra para este otoño eran pésimas, y los cortes de suministro de agua en las ciudades estaban a punto de dejar de ser una incomodidad para convertirse en un problema insalvable.La lluvia rompió a media tarde del miércoles, y a medianoche se habían recogido 90 litros en Sevilla, 70 en el Campo de Gibraltar, 56 en Córdoba, 50 en Cádiz y Huelva, 20 en Málaga y Granada, 12 en Jaén y 6 en Almería; datos, salvo el del Campo, de las capitales de provincia.
A pesar de que lo hasta ahora caído supone que, a mediodía del día 3, el mes de noviembre tenía ya el récord de pluviosidad del año en Andalucía y de que en las calles existe cierta euforia, a pesar de la alegría con que los niños chapoteaban en los charcos y del intenso trabajo de los bomberos en muchas ciudades para achicar inundaciones en aparcamientos y subterráneos de todo tipo, lo que hasta ahora ha caído sólo sirve para garantizar unas aceptables condiciones para la siembra en el campo, pero no remedia la escasez de agua en los pantanos. Es sólo a partir de los 100 litros por metro cuadrado cuando la tierra está empapada, deja de absorber y se forman las escorrentías que llevan las aguas a los pantanos que, en Andalucía, están en su mayor parte por debajo del 15% de su capacidad, y algunos agotados.
Ésa puede ser la razón por la que la reunión celebrada ayer en Sevilla para tratar el tema del agua concluyó con la decisión de desembalsar 10 millones de metros cúbicos de distintos pantanos del Guadalquivir para hacerlos llegar al de Gergal, que suministra a la ciudad. No hubo ningún anuncio de dulcificación de las restricciones, como tampoco lo hubo en ninguna otra de las capitales andaluzas. La única, provincia en la que la situación ha mejorado considerablemente es la de Huelva.
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