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Más de 500 cadáveres han sido rescatados entre los escombros de 34 localidades turcas arrasadas ayer por un terremoto

Ankara Dos provincias del este de Turquía se vieron ayer duramente afectadas por un violento seísmo que ha causado al menos 503 muertes, según información oficial, y ha destruido pueblos enteros al norte y al este de la ciudad de Erzurum y al oeste de la provincia de Kars, fronteriza con la URSS, una de las zonas más abruptas y montañosas de Turquía, situada a casi 1.500 kilómetros de Estambul. El temblor de tierra de la madrugada del domingo, que duró unos cinco segundos, alcanzó el grado seis en la escala de Richter y afectó a 34 localidades.

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Anatolia, tierra de seísmos

Los daños más importantes del cataclismo se registraron al norte de Erzurum, en los pueblos de montaña, de casas de adobe y madera, de la zona de Narman, aislada del mundo durante largas horas. A primeras horas de la tarde de ayer se habían registrado en esta región 230 muertos, numerosos heridos y era elevado el número de personas a la intemperie. En las zonas de Pasinler y Horasan hubo no menos de 165 muertos, mientras que en la provincia de Kars, y concretamente en las inmediaciones de la localidad de Desarikamis, el número de víctimas mortales llegaba a 92. Muchas de la localidades afectadas han quedado completamente destruidas, según informaciones de la zona del siniestro que llegan a Ankara. Las autoridades militares han prohibido a los habitantes de estos pueblos que vuelvan a sus casas hasta que no transcurran 24 horas, informa Reuter.

Nieve y corrimientos de tierra

El envío de socorro por parte del Ejército y del Creciente Rojo (el equivalente a la Cruz Roja occidental) se encuentra con grandes dificultades debido a los corrimientos de tierras y aludes provocados por el terremoto y a las duras condiciones climatológicas, pues el área está sometida a una fuerte nevada. No obstante, helicópteros de las fuerzas armadas sobrevuelan toda la zona montañosa para obtener una información concreta de la situación existente.

A pesar de esas dificultades el Creciente Rojo ha rechazado ayuda de la Cruz Roja Internacional porque, dice, "vamos a curar nuestras heridas con nuestros propios medios". Decenas de heridos, algunos de extrema gravedad, han sido internados en hospitales de Erzurum, ante los que se agolpan gentes venidas de toda la zona siniestrada. La situación en estos centros, insuficientemente dotados para hacer frente a una catástrofe de estas características, es desesperada. Algunos de ellos incluso se han visto afectados por el seísmo, informa France Presse.

Las cifras de muertos serán superadas, sin duda, según han manifestados autoridades locales, pero es dificil conocer las cifras con exactitud, dado que el mando militar del estado de sitio para las provincias siniestradas ha impuesto una censura total sobre las informaciones que proceden de la región.

Se ha establecido un puente aéreo, entre Ankara y Estambul con Erzurum para llevar medicamentos, víveres y ropas y regresar con heridos, que son recogidos en el aeropuerto por ambulancias que los trasladan a los hospitales. Varios millares de tiendas de campaña enviadas por el Creciente Rojo han sido instaladas en Erzurum para aco ger a las familias que han perdido su hogar. También se ha dotado a este campamento de cocinas portátiles, según Efe.

Parece que en la mayoría de las ciudades y pueblos afectados por el temblor de tierra sólo las viejas casas de adobe se han derrumbado, mientras que los edificios modernos aguantaron bien el embate. En los pueblos, la mayoría de la población vive en casas de una sola planta, sin electricidad ni agua corriente.

Poco después de producirse la catástrofe, la emisora de radio estatal suspendió su programación habitual para informar sobre el terremoto y pedir ayuda de la población para los habitantes de las provincias siniestradas. Las restantes emisoras adoptaron medidas similares, y desde entonces, aparte de las noticias y peticiones a la población para que acuda a donar sangre, transmiten únicamente música solemne.

Varios miembros del Gobierno de Ankara viajaron ayer hasta Erzurum. El presidente Kertan Evren ha prometido que los damnificados recibirán toda la ayuda y el apoyo necesarios. Tanto Evren como el primer ministro, Bulend Ulusu, visitarán hoy la zona. El terremoto, con una intensidad de seis grados en la escala de Richter (graduada del uno al nueve), tuvo su epicentro en Irán, según el instituto geológico de Kandilli, y se dejó sentir, más o menos débilmente, en un radio de varios cientos de kilómetros 'alrededor de Erzurum.

Este seísmo se produjo al día siguiente del 60º aniversario de la República y a una semana de las elecciones que deben marcar la vuelta del país a la vida política civil después de más de tres años de dictadura militar.

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