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MÚSICA CLÁSICA

Un programa atípico abre un ciclo sobre la Escuela de Viena

El primer ciclo de actividades musicales de la Fundación March en este año propone ocho conciertos y cuatro conferencias en tomo a la Escuela de Viena. El ciclo se inauguró el martes con una conferencia de Federico Sopeña. Centró el ambiente de la Víena donde desarrollaron sus obras los compositores de esta escuela. En las disertaciones seguirán Ramón Barce, Josep Soler y Tomás Marco.El primer concierto proponía un programa pianístico tan atípico como interesante. Las Tres hojas de álbum, de Wagner, con la faceta chiquita de un gigante; en otras palabras: interesan por ser de quien son. En cambio, el mejor Wagner y el mejor Liszt se dan la mano en la impresionante paráfrisis lisztiana de Tristán.

Sería la última Sonata de Secriabin una obra extraordinaria por su originalidad y sentido de anticipación. Dos páginas de Max Reger, de concentrada inspiración, fruto también de su última época, daban paso a la novedad con que culminaba el concierto: siete fragmentos inacabados de obras pianísticas de Schönberg al margen de las catalogadas por el compositor, piezas que abarcan un amplio lapso de tiempo (1900-1933) y recorren sus maneras más características.

La pianista catalana Eulalia Solé siguió tan novedoso y comprometido programa atenta a las partituras, pero sin que ello supusiera falta de maduración o, menos aún, inseguridad.

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