Walid Jumblat: "No le haré a Amin Gemayel el favor de dejarme matar tan pronto"

El Gobierno libanés aplazó el primer encuentro de reconcialiación nacional previsto para hoy después de que casi la mitad de los políticos invitados se negaron a reunirse en el aeropuerto de Beirut, del que dijeron que no reunía la condiciones de seguridad necesarias. El aeropuerto está bajo control de los marines norteamericanos. Una próxima reunión podría tener lugar en Yeda (Arabia Saudí) o en Ginebra. Tanto el líder de la comunidad drusa, Walid Jumblat, el ex presidente Soleiman Frangie y el ex primer ministro Rachid Karame, líderes del Frente de Salvación Nacional, renunciaron a acudir al aeropuerto, que el martes mismo fue escenario de tiroteos.

El líder de los drusos libaneses, Walid Jumblat, dio ayer al traste con lo que podía haber sido el primer intento serio de poner término a los nueve años de guerra civil en Líbano al anunciar su negativa a acudir al aeropuerto internacional de Beirut para asistir a la conferencia de reconciliación nacional convocada por el presidente libanés, Amin Gemayel."No le haré a Gemayel el favor de dejarme matar tan pronto", dijo Jumblat a tres periodistas ayer, a primera hora de la mañana, en su castillo al sureste de Beirut, en plena montaña drusa del Chuf.Walid Bek -"mí señor Walid", como lo llaman sus partidarios drusos- justificó ante este corresponsal su rechazo del lugar propuesto por el jefe del Estado libanés para mantener la reunión "por no reunir el aeropuerto las suficientes condiciones de seguridad, con la presencia de francotiradores en todos sus rincones". "Además", añadió, "es un sitio poco agradable para trabajar con seriedad a causa del ruido ininterrumpido de los aviones que despegan y aterrizan".

Jumblat, firme aliado del régimen sirio ' , descartó que los 1.600 marínes estadounidenses de la fuerza multinacional estacionados en torno al aeropuerto pudiesen garantizar su seguridad hoy, jueves, fecha prevista para la celebración de la conferencia. "¿Protegerme a mí los norteamericanos?", se preguntó en voz alta, antes de contestarse a sí mismo: "¿Cómo me puedo fiar de un país que ha bombardeado a mis hombres en Suk el Gharb?", localidad situada a 15 kilómetros al sureste de Beirut, donde la derrota del Ejército libanés y la consiguiente conquista de Beirut por la milicia drusa fue impedida en septiembre pasado por un intento de bombardeo de la marina de guerra norteamericana.

"EE UU", prosiguió Jumblat en tono acusador, "ha creado artificialmente una frontera ridícula, pero significativa, entre el Este y el Oeste a la altúra de Suk el Gharb para tener el pretexto de intervenir directamente aquí".La respuesta negativa del líder druso, que es. también el jefe del único partido existente, en la región bajo su control, el Partido Socialista Progresista (PSP), parece condicionada por la de su poderoso aliado, el presidente, sirio, Hafez el Assad, que cuenta, a su vez, con el respaldo de la Unión Soviética, que ha enviado a Siria a cerca de 7.000 consejeros militares.

El diario gubernamental de Damasco Techrine manifestó en su edición de ayer el desacuerdo de las autoridades sirias con el lugar propuesto por Gemayel. El ex primer ministro Rachid Karame y el ex presidente de la República Soleiman Frangie anunciaron también ayer su decisión de -no participar en la conferencia.

"Sigo sugiriendo", dijo el jefe del PSP, al que sus enemigos reprochan de ejercer en el Chuf el socialfeudalismo, "que nos encontremos para intentar reonciliarnos en un barco con pabellón libanés, en Ginebra -ciudad agradable, cuya policía podría aseguraría eficazmente mi custodia-, y acaso hasta en Tunicia, pero ni en Líbano ni en ninguna otra ciudad del mundo árabe".

En un gesto conciliador, el presidente Gemayel había renunciado a convocar la conferencia en su palacio de Baabda o en Arabia Saudí, pero parece harto difícil que acepte ahora las nuevas sugerencias -imposiciones, según fuentes cercanas al jefe del Esta Ido- del líder druso, que imposibilitan, de hecho, la apertura de un diálogo entre las once facciones enfrentadas para revisar la Constitución de 1943 y realizar un reparto del poder más equitativo entre las diferentes comunidades religiosas cristianas y musulmanas que conviven en Líbano.Tras declararse "escéptico sobre las posibilidades de instaurar una paz duradera", pero "deseoso de contribuir a la consolidación del alto el fuego", vigente desde el pasado 26 de septiembre, Jumblat, de 34 años, afirmó que si no se modificaba la Constitución libanesa de 1943, que otorga más poderes a los cristianos, entonces mayoritarios, que a los musulmanes, "Líbano va a desaparecer".

"Quiero", añadió en tono grave, "un mismo Líbano para todos los libaneses, con un sistema político que garantice los mismos derechos y deberes a todos los ciudadanos, cualquiera que sea su confesión, y rechazo el Líbano actual, con su partido político único, la Falange, y el monopolio del poder por una sola comunidad religiosa, los cristianos maronitas"

Llamamiento de Arafat

Yasir Arafat, presidente del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), ha pedido al jefe del Estado soviético, Yuri Andropov, que ayude a los palestinos a superar la etapa crítica que atraviesan", según informó ayer en la ciudad libanesa de Trípoli la agencia palestina de información, Wafa.La petición está contenida en el mensaje de felicitación dirigido por el líder palestino a Andropov con ocasión del 669 aniversario de la Revolución de Octubre. "Tenemos grandes esperanzas de que la Unión Soviética y su presidente presten su ayuda y asistencia a la OLP y al pueblo palestino a fin de que se pueda superar esta etapa trágica", subrayaba Arafat, quien indicaba, asimismo, que los palestinos se enfrentan a "fuerzas imperialistas y sionistas, que desean privarles de sus derechos y de las adquisiciones políticas realizadas por la OLP".

Por otra parte, según -informa Reuter desde Kuwait, el comité central de Al Fatah, grupo mayoritario en la Organización para la Liberación de Palestina, ha decidido celebrar una conferencia general en el próximo mes de enero, en respuesta a las peticiones de, los disidentes al liderazgo de Arafat en el seno del movimiento.