El fundador de Solidaridad recibe el galardón por su batalla para crear un sindicato independiente
El Comité Nobel del parlamento noruego ha concedido al líder sindical polaco Lech Walesa el premio de la Paz correspondiente a 1983. La elección fue hecha sobre los 79 candidatos, entre personas y organizaciones, que habían sido postulados. En los fundamentos del comité noruego, dados a conocer en Oslo en las primeras horas de la mañana de ayer, se alude "al considerable sacrificio personal de Walesa en defensa de los derechos de los trabajadores y a su batalla por crear una organización sindical independiente"
"La contribución de Walesa", prosigue el Comité Nobel, "es de vital importancia en la más amplia batalla por el derecho universal a la libre asociación, uno de los derechos garantizados por las Naciones Unidas". La fundarnentación señala también que la utilización de medios pacíficos por parte de Walesa para encontrar una solución a los problemas de su país contribuyó a disminuir la tensión internacional en momentos en que ello es más necesario que nunca. Por ello, finaliza el comunicado, la contribución de Walesa es fuente de inspiración y de ejemplo.Walesa recibirá un millón y medio de coronas (29 millones de pesetas), que es el importe de los premios Nobel de este año. La decisión del comité fue comunicada de inmediato telefónicamente al galardonado. Fue su mujer, Danuta, la que recibió la noticia, pues Walesa, que está de baja por enfermedad, había salido a recoger setas a un bosque cercano a su domicilio.
"Soy muy feliz"
"Podemos probar, una vez más, que la única vía es el diálogo", manifestó Lech Walesa al enterarse, de que le había sido concedido el Nobel. "El mundo ha reconocido la lucha y los ideales de Solidaridad. Soy muy feliz", añadió el dirigente sindical, que piensa destinar el importe del premio al fondo de ayuda a la agricultura privada promovido por el episcopado polaco. Centenares de personas se concentraron ante la casa de Walesa, ovacionando al galardonado.
Una oleada de entusiasmo, compartida por el clero local, sacudía a la oposición polaca. Mientras tanto, los medios oficiales evitaban comentarios, víctimas de un "duro golpe", señalaban observadores en Varsovia. La población se enteró de la noticia por las emisoras occidentales, ya que la radio y la televisión, por este orden, la anunciaron con seis horas de demora, mediante un comunicado en el que implícitamente se acusaba al jurado del Nobel de hostilidad a Polonia y a los países socialistas.
Candidato dos veces
El nombre del dirigente de Solidaridad había sido mencionado como candidato al Premio Nobel de la Paz durante los dos últimos años. Pero fue en los últimos días, a raíz de unas declaraciones a la Prensa del secretario del Comité Nobel en las que mencionó a Walesa junto al arzobispo de Suráfrica, Desmond Tutu, entre los candidatos, cuando cobró mayor fuerza la posibilidad de su designación.
Como ha sucedido en anteriores ocasiones con algunos premios Nobel de la Paz -los de Henry Kissinger y Menájem Beguin, entre los más recientes-, la designación de Walesa provocó reacciones encontradas. Muchos se preguntaron cuál había sido realmente la contribución del líder de Solidaridad a la paz mundial, y otros recordaron la situación de muchos líderes sindicales que en distintos países arriesgan cada día su vida o su libertad por el hecho de intentar crear una asociación sindical.
Fuentes vinculadas al sindicato Solidaridad en diversos países de Europa reivindicaron la justicia de la decisión y no ocultaron su satisfacción. María Borowska, una de las representantes del sindicato Solidaridad en Estocolmo, manifestó que "el premio es totalmente merecido por Walesa; ha luchado por la libertad, y sin libertad no puede haber paz".
En febrero de este mismo año Walesa recibió el Premio a la Libertad.
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