Julián Gállego describe los orígenes y el cambio de la pintura moderna
El profesor Julián Gállego continúa hoy en la Fundación March de Madrid el ciclo de cuatro conferencias que inició el pasado martes sobre el tema de los Orígenes de la pintura moderna. El ciclo se ha planteado como complemento de la exposición antológica de Pierre Bonnard que actualmente exhibe la fundación. Describe el contexto de cambio en el que se sitúa la obra del pintor.
En estas charlas, el profesor Gállego describe el contexto de cambio en el que se sitúa la obra de Bonnard, a través de cuatro conceptos cuya transformación nos va definiendo el carácter de la pintura moderna: un nuevo espacio, una nueva forma, un nuevo color y una nueva materia.En la conferencia del martes pasado, Degas y Lautrec le sirvieron como paradigmas del paso de un espacio tradicional, inmóvil y simétrico a un nuevo concepto de espacio de tipo experimental, móvil, en el que el encuadre aprovecha lo casual. En la ponencia de esta tarde, Nueva forma: Cèzanne y Seurat, la elección de este último, nos dice el propio Julián Gállego, "puede sorprender por cuanto que Seurat, principal pintor del neoimpresionismo, parece más en relación con el color que con la forma. Pero, a mi juicio, él es, junto a Cèzanne, el otro padre lejano del cubismo. En sus estudios al carboncillo puede verse claramente cómo confiere a la forma, y al concepto de los valores en relación con ella, un interés mayor que al color".
El cambio en el color, que es el tema que aborda la charla del próximo martes, es un aspecto que se encuentra prácticamente en todos los pintores a los que alude el ciclo, pero cobra en Van Gogh y Gauguin un valor muy particular. "Hemos de pensar", apunta el profesor Gállego, "en el sentido que dan al color, muy en relación con el simbolismo, pero, al tiempo, de una manera muy pictórica y plástica, con esa cantidad de color, con esa potencia y agresividad, con las grandes superficies planas".
El problema de la materia, que centra el tema de la última conferencia del ciclo, encuentra en Monet un ejemplo muy claro.
"El camino a través del cual Monet va ensanchando su técnica hasta llegar a esos cuadros de 1910 o 1915, que son ya enormes chafarrinones de pintura, deja bien claro su concepto de la materia como elemento expresivo. Incluso, de ese último Monet podemos pasar, casi sin solución de continuidad, a la gran abstracción lírica americana".
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