El capitán Urruticoechea, absueIto de apología del terrorismo

Ignacio Urruticoechea, capitán del Ejército del Aire y frustrado aspirante a oficial de la Policía Autónoma vasca, ha sido, absuelto por la Audiencia Nacional, del delito de apología del terrorismo del que estaba acusado por unas declaraciones a la revista Punto y Hora en las que afirmaba que era un infiltrado en el Ejército. La sentencia señala que la apología de ETAm no estaba en las respuestas de Urruticoechea, que hizo uso de su libertad de expresión, sino que podía darse en las preguntas del entrevistador, el periodista Xavier Oleaga. El ministerio fiscal no piensa recurrir esta sentencia.

La sentencia declara probado que Urruticoechea concedió en noviembre de 1981 una entrevista a Oleaga, redactor de Punto y Hora, condicionando su publicación a que el capitán fuera nombrado mando de la policía autónoma vasca. La entrevista fue publicada bajo el título Capitán Unrruticoetxea: "Soy un infiltrado". Agotado el número de la revista, la empresa puso a la venta una edición especial en la que ampliaba el texto de la entrevista.Entre las frases más destacadas atribuidas a Urruticoechea en la entrevista figuran: "Yo creo que de ETA se puede ser siendo simplemente vasco", "Yo conocí a Argala siendo pequeño y esto no ha sido ningun impedimento para entrar en el Ejército; de estar allí, en el País Vasco, seguro que hubiera acabado igual que ellos, seguro. Pero me decidí a estudiar militar. El auténtico revolucionario no es aquel que se enfrenta, sino aquel que se infiltra".

Refiriéndose al Mando único de Lucha Antiterrorista (MULA), señalaba: "A la MULA se la jode un caballo, y yo precisamente estoy aprendiendo a montar a caballo". Urruticoechea afirmó támbién, a preguntas del periodista, que ETA defendía algo legítimo, que la práctica de la organización era positiva y que se consideraba un infiltrado en el Ejército.

La sentencia señala en sus considerandos que "examinados los artículos periodísticos en su total contexto patentizan la total falta en el procesado del ánimo y móvil apologético del terrorismo".

Libertad de expresión

"El procesado procede en el ejercicio de su derecho de libertad de expresión, y si bien alguna de sus manifestaciones pueden superar los límites del mismo. No está la apología de ETA en las respuestas del procesado, y sí puede darse en las preguntas, ocasionales respuestas y juicios de intención que pertenecen al entrevistador, que, inquiriendo de forma sugerente, condicionante y capciosa, expone lo que ideológicamente pretende ensalzar y que muchas veces no encuentra en su contertulio". La sentencia añade: "El conjunto de los artículos es obviamente enaltecedor del terrorismo vasco, pero no en función de lo que se atribuye al procesado, sino en méritos del montaje periodístico, que manipula el 'doble hablar' de todo coloquio".

El capitán sufrió en junio de 1980 un brote psicático delirante, a consecuencia del cual fue declarado en 1982 "no apto definitivo" para la milicia. Durante el primer brote de la enfermedad, Urruticoechea se trasladó en su coche, en el que recogió a unos soldados, al aeródromo militar de Alcantarilla, donde intentó abrir un avión para dirigirse a Canarias, alegando que había habido un sabotaje. El capitán fue detenido e internado en el Hospital de, Marina de Cartagena. La causa que se inició por estos hechos fue sobreseída al ser apreciada la eximente de enajenación mental.