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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Abortar más

Se ha celebrado en el Supremo la vista del recurso contra la absolución de las mujeres que abortaron en Bilbao. A mí lo que me parece, o sea, es que a las abortistas/feministas les falta imaginación o les falta testosterona. Frente a la norma tercermundista y española del aborto, hay que estar abortando todo el rato, abortar de todo, abortar muchísimo -lechugas, puerros, niños (que dice que traen una coliflor por fuera o un pan debajo del brazo), ornitorrincos y otras especies contra natura y contra Linneo-. Don Fermín Hernández Villarroya se ha reafirmado en la penalización de las procesadas. El aborto es cosa de hombres. Mientras se debate, en los laboratorios jurídicos, la despenalización parcial del aborto, nuestrajusticia sigue siendo medievalista, autoritarista, machista y clericalista. Por eso se me ocurre que la solución es abortar más, abortar todo el rato, a ver si la proliferación barroca de la vida puede con la multiplicación a lo Melville del los expedientes. Los colectivos feministas, oyes, se manifiestan en la calle, y no hacen otra cosa que entorpecer el tráfico, que ya está malo de sí. La cosa viene del 68, contra once mujeres y un varón. El varón aquí no pinta nada porque de todos modos no puede abortar, o sea que me sobra. Somos, como dijo alguien, "una tribu con pretensiones", y todo esto es tribal, elemental, brutal, pero el socialismo no ha conseguido pregnar mayormente, para qué vamos a engañarnos, los estamentos judicatarios.Y luego dicen que el aborto es caro. (Llevando como lleva un charter incluido, con postal de Londres.) El estado de necesidad había absuelto a nueve de las procesadas. (A la décima, quizá, la reservaban para la hoguera inquisitorial y la quema ejemplar, tipo brujas de Salem.) Jurispericias de poco momento que nada arreglan. Yo promociono, ya decía, o sea, el aborto masivo, constante y promiscuo. Con todas las españolas empreñadas, a ver qué hacen los que se la cogen (la toga, sí) con papel de fumar. No podemos multiplicar nuestra población de parados en nueve meses. Don César González Herrero hizo lo que pudo, pero resulta que las abortistas de Bilbao siguen vagando/divagando por España como las brujas de Macbeth en decente, como once fantasmas de culpa y menstruación, como las once marginales -triste trópico nacional- de la comuna del honor y el tam/tam. Pero don Fermín Hernández le ha encontrado "aspectos técnicos" deficientes a la cosa (ver crónica de Arantza Elu en este periódico). Parece que las procesadas incurrieron en tentación inidónea, que es la única tentación que a mí me falta, y que voy a mirar en el Código Penal y en los Pecados capitales de Díaz-Plaja, a ver si viene. Me siento un hombre incompleto mientras no tenga una tentación inidónea y caiga con ella, que, como decía tío Óscar, es la única manera de vencer las tentaciones. Yo no puedo creer que unas chabolistas de Bilbao se anden en tentaciones inidóneas, pero, si así fuera, cuánto tienen que aprender de ellas las acratillas de Madrid, que siempre se lo hacen lo mismo y con los mismos. Doscientas bilbaínas se autoacusaron coralmente de tentación inidónea, en solidaridad con las once y por ver qué pasaba. Pero tanta penalidad desborda los Códigos Penales y han decidido pasar de ellas.

A lo más que han llegado los jurispericiales es a declarar obsoleta la legislación abortista de 1944. Si la española/española, con su tipo de Manola, tiene que arrancar su proceso de reivindicaciones desde 1944, quizá hasta el año 2000 no sea una chica topolino de las que novelizaba José Vicente Puente. ¿Por qué hemos hecho de la mujer la gran retardataria de la Historia?

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