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Tribuna:31º Festival de Cine de San Sebastián
Tribuna
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Una síntesis de las constantes de un director

Antonio Giménez-Rico se fue a Madrid para enriquecer cuanto había reprimido en su estrecha provincia de Burgos y, como era preferente en los jóvenes inquietos de los años sesenta, orientó su curiosidad por el cine. Filmó en 1969 su primera película de autor recapitulando sobre esa mezcla de odio y ternura que le inspiraba su ciudad natal y cuanto en ella se fue gestando en siglos. Se rió del Cid Campeador, por lo que filmó su castigo al desacato, pero también conservó un recuerdo entrañable de sus pasajes adoslescentes: El hueso heredaba del primer Berlanga su ternura por el pasado.La película llegó mal a los españoles y, por ello, Antonio Giménez-Rico no logró el éxito que le hubiera sido posible. Probó nueva fortuna en otra humorada insolente, El cronicón, pero entre los cortes de censura y su ya incipiente inseguridad el filme quedó cojo. Y Giménez-Rico se dedicó a esperar. Intentó ser director de contrato y rodó algunas películas más sobre guiones cerrados, mientras encontraba la seguridad televisiva.

Para la televisión rodó las serie Plinio, que se inspiraba en las novelas de García Pavón con un impecable trabajo profesional en el que Giménez-Rico se esforzó, pero que sólo en cierto! aspectos es una real obra de autor. Es probable que la carrera de este deambulante director sea uno de los casos más claros de la torpeza que puede cometer la industria cuando no corresponde al cariño de un autor.

Al rodar Del amor y de la muerte, Giménez-Rico recuperó el aliento de su primer empuje, y con Retraato de familia, sobre texto de Delibes, mostró ya que definitivamente se trataba de un director a seguir con interés aunque su obra no se sucediera con la perioricidad que necesitan los términos de la mo da.

Vestida de azul, su última película, ahora presentada en el festival, es una posible síntesis de las constantes que han presidido la obra de Giménez-Rico. Filme tierno que husmea en el mundo marginado de los travestidos, está ródado con eficacia, con sensibilidad, con sentido del humor, pero no transpira combate, no incide con agresividad en pensamientos nuevos. Vestida de azul es un documental con hermosos pasajes de la vida de cinco travestidos de distintas edades e historias, coincidentes en su origen social, pero no en sus pretensiones: discutibles unos, entrañables otros,- el conjunto de los personajes que protagonizan la película de Giménez-Rico supone un dato sociológico ignorado aún por nuestro cine, aunque de mayor peso en la vida real.

Documental dramático

Combina el director sus conotimientos del cine y la televisión y logra así un documental dramático con toda la información que el tema requiere. Abarca desde casos concretos un panorama en general que aún puede tener en nuestro país una cierta capacidad corrosiva.

Asistieron a la conferencia de prensa algunos de los travestidos acompañando al director y al operador, Teo Escamilla. Respondieron con viveza y sinceridad a las curiosas preguntas de los periodistas, mientras Giménez-Rico compartía en sus respuestas idéntica claridad, idénticas buenas intenciones. Habían calado en la emoción de los presentes.

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