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Yasir Arafat vuelve a Líbano y reafirma su apoyo a la guerrilla drusa que lucha contra Gemayel

El líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, llegó ayer al puerto libanés de Trípoli para reafirmar su apoyo a la lucha de la guerrilla drusa contra las fuerzas del Gobierno libanés, según informó un portavoz palestino. Mientras tanto, Siria amenazó con atacar a la VI Flota norteamericana si su artillería sigue bombardeando, como hizo en la madrugada del sábado, posiciones controladas por ese país.

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Esta es la primera vez que Arafat visita Líbano desde que el pasado 24 de junio fue expulsado de Siria por haber acusado a las tropas sirias de apoyar activamente la rebelión de una facción de la OLP, encabezada por el coronel Abu Mussa. A partir de entonces, los contactos entre Arafat y sus hombres se vieron cortados, ya que el jefe de la OLP había visitado sus tropas partiendo siempre de Damasco.Arafat fue acogido calurosamente por los guerrilleros (fedayines) leales, para los que su imprevista llegada, después de haber mantenido en los últimos tres meses violentos combates con los rebeldes, que les han obligado a mantenerse en áreas limitadas como Trípoli, supone un gran impulso moral.

El portavoz no quiso aclarar si Arafat había llegado a través de Siria o por barco, corriendo el riesgo de ser interceptado por las patrullas israelíes, pero declaró que "se trata de un retorno, no de una visita".

Según los observadores, el apoyo dado por Yasir Arafat a los drusos, junto a los que, según fuentes militares occidentales y libanesas luchan también guerrilleros palestinos del disidente Abu Musa, podría significar un acercamiento entre ambos grupos en el conflicto.

La alianza de la OLP con los drusos y la izquierda es anterior a la evacuación de los palestinos de Líbano ocurrida el año pasado tras la invasión israelí.

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Al pasar revista a sus hombres Arafat declaró que siempre habían luchado junto al pueblo libanés y a su "hegemonía nacional" en una misma trinchera para defender a Líbano y Palestina", aludiendo probablemente a una coalición de figuras de la oposición que podría incluir al líder druso Walid Jumblatt.

Por otra parte, en la noche del viernes la aviación libanesa lanzó una nueva ofensiva contra las milicias drusas en la zona suroriental de Beirut, en el sector de Aley. Según fuentes bien informadas, unos 2.000 hombres del grupo disidente de Abu Musa se hallan concentrados en el eje de Suk el Gharb-Aitate, a 13 kilómetros al sureste de Beirut, y atacaron la localidad de Keifun, en poder de las fuerzas gubernamentales. La participación de los palestinos en los combates de la montaña fue desmentida por el Partido Socialista Progresista de Walid Jumblatt.

En los violentos combates del viernes por la noche participó la Marina norteamericana que, según declaró un portavoz, decidió atacar posiciones de la artillería siria al comprobar que desde esos puntos se bombardeaba el domicilio del embajador norteamericano de EE UU y la sede del ministerio libanés de la Defensa, situado en Beirut oriental y donde residen varios consejeros estadounidenses, "poniendo de esta forma en peligro vidas de norteamericanos".

Los infantes de Marina, a los que el Gobierno de Washington ha autorizado el derecho de responder al fuego en caso de hallarse en peligro, bombardearon el Este de Beirut desde dos de los 12 buques de guerra que tiene estacionados en la zona, el Boen y el John Rogers.

Siria declaró ayer que sus fuerzas atacarán la VI Flota norteamericana si los buques estadounidenses vuelven a bombardear las zonas libanesas bajo control sirio.

La ofensiva libanesa, en la que participaron dos batallones con un total de 1.500 hombres, fue ordenada por el presidente Amin Gemayel, ante la negativa de los sirios a aceptar el acuerdo de alto el fuego propuesto por el Gobierno libanés. Este plan preveía la implantación inmediata del alto el fuego, la repatriación de refugiados y el llamamiento, por parte del presidente Gemayel, a una "conferencia nacional de diálogo, con Siria y Arabia Saudí como mediadores".

Los bombardeos de la Armada libanesa, que se sucedieron durante la noche ininterrumpidamente durante siete horas, se reanudaron ayer por la mañana, en que la aviación intervino de nuevo para atacar "objetivos palestinos" en las colinas de Keifun y Baisur.

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