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Tribuna
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La despedida

Esta tarde Manolo Vázquez dice adiós a Madrid. Con otros dos toreros artistas -Curro Vázquez y Luis Francisco Esplá torea en Las Ventas por última vez en 33 años. Luego, en octubre, cortará la coleta en Sevilla. Se dedicará a su esposa y a sus cuatro hijos, a su finca y a sus negocios. Nunca jamás Manolo Vázquez volverá a vestirse de luces.Paradójicamente, el sevillano ha tenido mucho mas éxito en Las Ventas que en la Maestranza; sólo fue en esta última etapa de su carrera cuando ha llegado a triunfar rotundamente ante sus paisanos. En cierto modo, ha sido un torero de Madrid, y llegó a torear hasta cinco temporadas consecutivas la corrida de la Beneficencia, lo que será un récord. "El público de Madrid siempre se ha comportado conmigo maravillosamente" decía ayer el maestro. "Creo que he sido uno de los toreros preferidos del público de Madrid, y lo tengo que agradecer muchísimo".

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La encerrona

Uno de los motivos de su éxito en la capital fue su peculiar forma de torear. Cuando se presentó en Madrid en 1950, imperaba el toreo de perfil, y desde el primer momento su estilo causó gran impacto. Sorprendió su manera de citar de frente, con los pies juntos, dando el pecho, adelantando la muleta. Algunos puristas -entre ellos Cossío y Corrochano- le críticarían por mantener la posición frontal hasta el final de los lances, por no siempre echar la pata palante, y en más de una ocasión los públicos le censuraron su inhibición; pero lo cierto es que Manolo Vázquez fue un gran' torero, uno de los pocos maestros que quedan. Siempre toreó con gran naturalidad y elegancia, con una marcada personalidad y arte, tenía la cabeza clara.

"Desde mis comienzos, he tratado de hacer un toreo personal dentro de una línea pura", dijo Vázquez. "Eso es lo dificil, estar ante los toros de una forma natural, sin retorcimientos".

A Manolo Vázquez se le preguntó qué es lo que se lleva del toreo. "Me llevo la satisfacción de haberles dado a los verdaderos aficionados muchísimas satisfacciones en ciertas ocasiones, aunque también algún que otro disgusto", contestó. "Pero creo que las satisfacciones se impondrán a los disgustos, y que me recordarán como en las tardes en que haya estado inspirado".

Hoy es la última oportunidad para recordarlo.

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