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Las objeciones griegas impiden a la CEE condenar a Moscú por abatir el aparato de Corea del Sur

Los 10 miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) expresaron ayer su pesar por el derribo del avión surcoreano por parte de la aviación soviética, pero, en base a las objeciones griegas, evitaron condenar conjuntamente a Moscú por lo ocurrido.La reunión celebrada en Atenas estuvo marcada por un enconado duelo entre el primer diplomático alemán occidental, Hans-Dietrich Genscher, y el ministro de Asuntos Exteriores griego, Yanis Jaralambopulos, obstinado en no sumarse a una condena colectiva a la URSS por el caso del Boeing surcoreano derribado.

Yanis Jaralambopulos llegó al edificio ateniense del Zapeion más interesado en persistir en el plan griego de congelar la instalación de los cohetes Pershing y de crucero hasta julio de 1984, caso de que el diálogo ginebrino soviético-estadounidense fracase, que en renunciar a la carta soviética en su balanceada política de desnuclearización de los Balcanes y de rivalidad territorial con Turquía.

JUAN F

ELORRIAGA, Belgrado

País muy personal

Una vez más, Grecia confirmó durante toda la semana de reuniones su cometido de país muy personal en el contexto estratégico europeo. El ministro griego de Exteriores declaró que las discusiones habidas sobre el avión surcoreano en Madrid, en torno a la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa, y en Bruselas, en el marco de la OTAN, eran suficientes para el caso.

Para Genscher, esta es la confirmación de que los socialistas griegos seguirán siendo una piedra en el zapato de la CEE durante los seis meses que Atenas ostentará la presidencia de la Europa de los diez. El ministro de Exteriores germano occidental dio a entender, antes de que el Partido Socialista Panhelénico (PASOK) accediera a la tarea de presidir Europa, que la República Federal de Alemania albergaba serias reservas, ante una Grecia negada repetidas veces a condenar a Polonia y a la URS S y que regatea su militancia en la OTAN. En sus primeros sondeos, Jaralambopulos se dio cuenta de que la propuesta de aplazamiento semestral de la instalación de los cohetes Pershing-2 y de crucero en el Reino Unido, la República Federal de Alemania, Holanda, Bélgica e Italia no podría prosperar ante el rechazo de los Gobiernos de dichos países, no obstinte el interés de las fuerzas de la oposición británicas, alemanas y holandesas en la iniciativa griega.

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