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Se crearán 640.000 empleos en tres años

Salarios y contratos temporales, puntos conflictivos

La propuesta de subida salarial presentada ayer por los tres ministros que durante cerca de seis horas se entrevistaron con una delegación de UGT, será hoy discutida por la ejecutiva de la central socialista. Aunque los representantes de UGT pospusieron cualquier comentario a la reunión de su máximo órgano de dirección, alguno de ellos calificó -en expresión popular- como "demasiado" la propuesta gubernamental. En cualquier caso matizaron que "UGT no puede aceptar como definitivas las cifras presentadas hoy (por ayer). Tenemos que estudiar la propuesta".El propio José Luis Corcuera, que actuó como portavoz de la delegación, tuvo buen cuidado de subrayar que la aparente buena disposición del Gobierno para modificar algunas partidas presupuestarias (coberturta de desempleo, pensiones, empleo comunitario) no podía ir ligada a la moderación salarial. Los temas salariales -las indicaciones dadas ayer por Boyer- deben ser negociados dentro del programa económico y en función de todos los factores que juegan en el mismo.

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Pero donde la oposición de UGT apareció sin ningún género de dudas fue en el tema de la flexibilidad del mercado de trabajo. Mientras el Gobierno considera fundamental quitar el carácter de excepcionalidad a las medidas de contratación temporal recogidas en el Estatuto de los Trabajadores, la delegación ugetista insistió una y Otra vez en que la citada contratación era absolutamente excepcional y anunció, por tanto, que en ningún caso aceptaría que quedara igualada en rango con la contratación indefinida.

Sin embargo, el Gobierno confía en la contratación temporal como elemento de primera importancia para lograr la creación de empleo. Joaquín Almunia, que reconoció que el tema había sido discutido y que UGT había insistido en mantener su carácter coyuntural, indicó que no había inconveniente en remitir a los sindicatos los planes del Gobierno en este sentido, y que fuera incorporado como una parte más de la negociación de todo el programa.

En cualquier caso, tanto Almunia como Boyer insistieron después, ante los periodistas, en que lo que el Gobierno descartaba era el despido libre y que la contratación temporal mantendría las cautelas necesarias para que no se convirtiera en sustitutivo del empleo fijo.

Los representantes del Gobierno y de UGT sí se mostraron de acuerdo en la necesidad de lograr la concertación. Miguel Boyer afirmó: "No es sólo que estemos en actitud favorable, es que la Constitución ordena que un plan económico se negocie con las fuerzas sociales. El Gobierno", añadió, "está abierto a las razones de las fuerzas sociales, y en especial cuando una de ellas comparte los mismos planteamientos ideológicos y políticos que el partido en el poder".

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