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CIENCIA

Estudios sobre alimentación señalan que los hidratos de carbono son un sedante natural

Los alimentos ingeridos determinan el comportamiento y el estado de ánimo en las horas siguientes, a juzgar por los resultados de estudios realizados en Estados Unidos sobre su influencia, según los cuales los hidratos de carbono constituyen un sedante natural útil en caso de estrés y nerviosismo, y las proteínas permiten una mayor actividad intelectual.

En el primero de estos estudios Bormie Spring, psicóloga de la Universidad de Harvard, sometió a diversos experimentos alimenticios a 184 hombres y mujeres, de edades comprendidas entre los 18 y los 65 años. A unos les dio para almorzar. un plato rico en hidratos de carbono. A los otros, uno rico en proteínas A las dos horas les sometió a una serie de pruebas para determinar su estado de ánimo y reacciones en el trabajo. Spring descubrió que la edad y el sexo quizá sean los factores determinantes para el impacto de diferentes alimentos sobre los seres humanos.La investigadora, que ha expuesto los resultados más importantes de su estudio en el congreso anual de la Asociación Psicológica Norteamericana, que se está celebrando en California, descubrió que las mujeres que habían almorzado un batido de 75 gramos de peso, en su mayor parte hidratos de carbono, estaban, a las dos horas, más somnolientas que las que habían comido 75 gramos de pavo. Los hombres que habían tenido un almuerzo rico en carbohidratos estaban más tranquilos que los del grupo de proteínas, pero no manifestaron somnolencia, sino que tan sólo se declararon relajados.

Además, los que habían comido pavo asimilaron y procesaron información mucho mejor que los del grupo de hidratos de carbono. El efecto de estos últimos fue mucho mayor en hombres y mujeres de más de 39 años: Su eficacia y capacidad de concentración eran muy inferiores a las de sus colegas -de la misma edad- del grupo de proteínas.

En pruebas similares realizadas con el desayuno, los voluntarios de 40 años y más que habían ingerido proteínas durante el desayuno estaban más tensos y ansiosos durante la mañana que los que habían desayunado carbohidratos.

La clave, un aminoácido

El trabajo de Bonnie Spring pertenece a un campo de investigación relativamente nuevo y por ello se desconocen las causas de algunos de los resultados obtenidos. Sin embargo, ella cree que la clave está en un aminoácido cuya producción es incrementada por la ingestión de hidratos de carbono. Este aminoácido estimula a su vez en el cerebro la producción de serotonina, agente químico que ha demostrado tener un efecto sedante sobre los seres humanos.Para explicar los efectos diferentes de los hidratos de carbono sobre hombres y mujeres dice que éstos quizá sean menos, sensibles porque, al tener una mayor fortaleza física, necesiten ingerir una mayor dosis para caer en un estado somnoliento.Por su parte, la bióloga Judith Wurtman, del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts, ha descubierto que el hambre de carbohidratos que se da en los seres humanos puede ser satisfecha con la ingestión de comprimidos de un aminoácido o alimentos ricos en hidratos de carbono. Éstos constituyen un sedante comestible, señala, al aconsejarlos en momentos de estrés agudo.

El ansia de dulces y féculas que se suele padecer a última hora de la tarde responde generalmente a una necesidad biológica que, de no satisfacerse, se traduce en irritación, agitación e incapacidad de concentración, opina la investigadora. Para producir la serotonina que induzca a la calma, la fructosa, encontrada en la fruta, no es tan eficaz como la glucosa contenida en una galleta o algún alimento rico en féculas.

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