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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Nostalgias

Todos los hermanos eran valientes. Director. Richard Thorpe. Guión: Harry Brown. Fotografía: George Folsey. Música: Miklos Rozsa. Intérpretes: Robert Taylor, Stewart Granger, Ann Blyth, Betta St. John, Keean Wynn. Aventuras, norteamericana, 1953.Locales de estreno: Paíacia de la Prenása, Vergara, lChulsor A.

Es tan inofensiva, tan ingenua, tan entretenida Todos los hermanos eran valientes que puede convertirse en una de las películas ideales para despertar la nostalgia de los cuarentones o de sus vecinos más jóvenes. Toda una época de sus infancias está contenida en esas imágenes, y su contemplación se hará, por tanto, desde rincones tan distintos que habrá tantas películas como viejos jóvenes en la sala.

Y el hecho de que precisamente sea una película menor, torpona, ligeramente ridícula en sus diálogos ("cuando te oía hablar me sentía esponjada de amor y de orgullo") le ayuda a conseguirlo. Una obra maestra no concitaría tal unidad, la misma sonrisa de ternura y de cierta extraña vergüenza, porque hay en esta película un punto que roza la cursilería, y ese tono ejemplar con el que se moralizaba sin recato desde la pantalla.

Según cuenta, el héroe será sólo quien cumpla su misión laboral y no quien quiera aplazarla para obtener una fortuna, aunque ésta sea legítima: el honor es respetar al patrón. Para exponer ese mensaje, la película debe incluso romperse violentamente, olvidando la divertida aventura que hasta entonces era: el desenlace es tan forzado que más que final es una interrupción, pero no había, al parecer, otra forma de colocar el discurso.

La seducción de la leyenda

Es difícil distinguir, por tanto, si el encanto que sigue teniendo se debe a motivos personales o porque, a pesar de todo, latía en aquellas aventuras un curioso sentido del placer, que aún puede contagiarse. La leyenda, y más si se sitúa en las aventuras del mar, tiene su propio poder de seducción, y en Todos los hermanos eran valientes se quiere seguir su mitología y, en ocasiones, lo consigue. Es quizá el largo recuerdo del hermano perdido (pero valiente) el que más se acerca a la posibilidad. de fascinar: existen en él los tópicos del género narrados con una ingenuidad simpática. Hasta se olvida la maldad de los actores y la evidente torpeza física de Robert Taylor, ya metidito en años para tales sofocos.Se recupera, en pantalla grande, el encanto de aquel chirriante color de la Metro, la eficacia de la música de Rosza, el ingenio de las maquetas y tempestades, el sabor, en definitiva, de un cine que, para lo bueno o para lo malo, marcó la imaginación de los niños que la vieron.

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