Inaceptables para España algunas exigencias marroquíes para cerrar el acuerdo de pesca

El texto final del acuerdo de cooperación global entre España y Marruecos, cuyo contenido más importante se refiere a las relaciones pesqueras, ya redactado y sólo con algunos espacios en blanco que, no obstante, "pueden suponer, debido a las duras condiciones que impone Rabat, que no lleguen a cerrarse en esta ronda y que nuestra flota tenga finalmente que amarrar sus barcos" declaró ayer Miguel Oliver, secretario general de pesca, a su regreso a Madrid para consultas. Miguel Oliver, el director general de Relaciones Económicas del ministerio de Asuntos Exteriores -Carlos Blasco-, y otros representantes de la secretaría de Comercio mantendrán en España consultas con sus respectivos ministros y es posible que regresen a Rabat el martes próximo.

Según el secretario general de pesca el acuerdo alcanzado tendrá un periodo de vigencia de cuatro años, sin que los marroquíes puedan denunciarlo unilateralmente, y la reducción de las capturas será de un 40% lineal, es decir por modalidades de pesca. Sin embargo, el tema del canon y el de las contrapartidas económicas contiene todavía aspectos no cerrados en la redacción del acuerdo.En una charla con los periodistas en el aeropuerto de Barajas a su regreso de Rabat y mientras esperaba el siguiente vuelo para Palma de Mallorca, donde se entrevistará mañana con el ministro de Agricultura, Carlos Romero, Oliver manifestó que el punto más difícil de la negociación es el de las contrapartidas económicas que exige Marruecos. "No se trata tanto de la cantidad global, como de la duración de la financiación y los tipos de interés aplicables a los créditos que concederá España", dijo.

Según pudo saber EL PAIS, los marroquíes desean en los créditos Estado a Estado un interés muy bajo, alrededor del 3'5% y un período de gracia de 10 años, además de exigir que el grueso de la cantidad le sea entregada inmediatamente. El Gobierno español considera estas condiciones muy difíciles de aceptar teniendo en cuenta que la deuda externa de Marruecos con España supera los 30.000 millones de pesetas.

Para Oliver, otro de los temas abiertos en el acuerdo es el de las zonas de seguridad, las llamadas ventanas, en la costa oeste que afectan particularmente a los pescadores españoles de Lanzarote. Fuentes españolas en Rabat han informado que la situación creada en esa zona por la presencia del Polisario, hace muy improbable que Marruecos pueda modificar esas medidas de seguridad. Al parecer los negociadores marroquíes han informado a sus colegas españoles que sólo una autorización expresa del rey Hassan podría cambiar sus intrucciones respecto de las zonas de seguridad.