Rescatada la labor fotográfica de Vázquez Paz
Una colección de fotografías de paisajes gallegos y retratos de marineros, realizadas a principio de siglo y rescatadas de un desván familiar casi 60 años después, ha servido para dar a conocer el nombre de un autor inédito, José Vázquez Paz, fallecido en 1935, y para constatar el hecho de que en Galicia fueron utilizados con gran acierto los métodos de laboratorio más avanzados de la época.El mérito de la colección fotográfica de José Vázquez, expuesta durante este mes en la galería ferrolana Cuarto oscuro, estriba en la impecable técnica de laboratorío utilizada en el positivado, según el director del local, Manuel Vilariño, que es además a quien se debe la recuperación de estas placas. "Su valor documental es muy importante por la calidad y composición, pero sobre todo por el trabajo de laboratorio que tienen detrás, más propio de un alquimista que de un fotógrafo".
De José Vázquez se sabe que nació en 1896 en una familia de la pequeña burguesía coruñesa. Fue gerente administrativo y se dedicó como aficionado a la fotografía. A todos sus viajes y paseos llevaba la cámara y el trípode, recuerdan quienes le conocieron.
En 1923, Vázquez Paz expuso en París, y un año después participó junto con el también fotógrafo español Ortiz de Echagüe en el salón internacional de Bruselas. Estos datos han sido conocidos más de medio siglo después de que tuvieran efecto. Sus fotografías son sobre todo paisajes del litoral gallego y primeros planos de marineros, dotados todos ellos de un hiperrealismo exacervado.
Utilizó, como el otro gran fotógrafo coruñés, Smith de las Heras, las técnicas más vanguardistas del momento: virados al oro, de un tono rojizo muy característico de la estética de los años treinta; bromóleos, a través de la aplicación de gelatina al papel fotográfico; tintes grasos; fresones y otros métodos químicos usados por los fotógrafos de la época para acercarse al efecto visual que produce la misma pintura.
La famila de José Vázquez no concedió importancia a los trabajos del fotógrafo después de la muerte de éste en 1935. En este tiempo, las viejas cámaras utilizadas por él, los originales positivados y gran cantidad de negativos han acumulado polvo en el desván familiar hasta que, hace cuatro o cinco años, un nieto de José Vázquez se interesó por este material.
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