Un rosario de conflictos sacude a Brasil cuando Figueiredo ha de operarse del corazón

El Gobierno brasileño, agobiado por el volumen de problemas que se le presenta, vive horas dramáficas. El presidente, Joáo Figueiredo, que salió ayer hacia Cleveland para someterse a una operación del corazón, mantuvo las últimas reuniones con los ministros militares y el vicepresidente, Aureliano Chaves, en un ambiente de pesimismo y tensión.Los cinco años de sequía en el noreste han provocado la desesperación de la población, que saquea día tras día los almacenes. El paro, que se agrava cada día por la profunda recesión de la economía brasileña, provoca continuas convulsiones sociales. En Sao Paulo se han vuelto a producir nuevos enfrentamientos entre parados y la policía con más saqueos de tiendas en busca de alimentos y ropas. Las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional estarán completamente paradas hasta que el Gobierno proceda a un problemático recorte de los salarios que contenga los altísimos índices inflacionarios.

Y por sí esto fuera poco, el sur del país acaba de padecer unas catatróficas inundaciones. Las aguas han ocupado más de 300 ciudades en las tres provincias sureñas, con cerca de 300.000 de afectados. Más de 7.500 industrias están bajo el agua, y la valoración de los daños habla de cantidades superiores a 10.000 millones de dólares.