El Gobierno Civil de Madrid prohíbe los conciertos de Rod Stewart

El Gobierno Civil de Madrid prohibió ayer los recitales del cantante Rod Stewart, que se iban a celebrar el sábado y domingo próximos en el Campo de Gas, por motivos de seguridad y orden público. La decisión fue tomada ayer tras un estudio técnico realizado por jefatura superior de Policía de las condiciones del lugar, tanto del interior y exteriores que indicaba que el Campo del Gas no está en condiciones para acoger en ambos conciertos a 17.000 espectadores dado que su aforo es para 4.500 personas. Un portavoz de la empresa Gay & Co., promotora del recital, atribuye al editorial publicado ayer en EL PAIS el haber puesto en grave peligro la materialización de la gira española de Rod Stewart.

El Gobierno Civil de Madrid ha prohibido la celebración de los dos recitales de Rod Stewart en el Campo del Gas debido a que "no reúne las condiciones adecuadas para la celebración de este tipo de conciertos". La prohibición se decidió ayer después de que un informe técnico de la jefatura superior de Policía demostrara "un grave riesgo fisico para los espectadores dado que el recinto no está en condiciones suficientes para albergar a 17.000 espectadores cuando su aforo es de 4.500". La misma fuente indica también que había un riesgo de alteración de órden público.Un portavoz de la empresa Gay & Co., en nombre de Gay Mercader, atribuye esta decisión oficial al editorial publicado ayer en EL PAIS en el que se hacía una valoración, "no muy positiva", de la organización de los recientes festivales de rock realizados en España (Eddy Grant, Supertramp, Miguel Ríos, etcétera). Responsabilizó también a EL PAIS el haber puesto en grave peligro la materialización de la gira española de Rod Stewart que, de momento, por decisión de Gobierno Civil de Madrid no actuará en el madrileño Campo del Gas.

Ayer por la noche Rod Stewart dio el primero de sus conciertos en Valencia, y de momento para esta noche sigue en pie el de Barcelona. Sin embargo la anulación del de Madrid puede suponer una pérdida, aproximada, de 20 millones de pesetas para Gay Mercader.

EL PAIS, después de referirse a los disturbios acaecidos en los más recientes festivales, advertía la posibilidad de que pudieran repetirse en el concierto de Rod Stewart en Madrid, debido a las pretensiones de la organización de Gay & Co. de que asistan a los conciertos unas 17.000 personas en un lugar cuyo aforo es de 4.500. "Es como para no creérselo", manifestó ayer un representante de la promotora rock. "Cuando trajimos a los Rolling Stones", añadió, "y aquello se llenó de ministros, éramos buenísimos. Ahora resulta que sin hacer nada diferente somos malísimos. No negamos que fuera del miniestadio del F. C. Barcelona, la noche de Supertramp, hubiera follones con la gente que quería entrar sin pagar, pero lo importante es que los follones fueron fuera del campo y no dentro, que es donde nosotros asumimos la responsabilidad como organizadores. Nadie puede decir que dentro no fuera todo perfecto".

Gran parte de la argumentación que en contra de Gay & Co se ha mantenido, insiste en lo desmesurado de los precios. Como se recordará tanto las entradas para Supertramp como para Rod Stewart alcanzan las 2.000 pesetas. "Esto", insisten en Gay, "es algo que escapa a nuestro control". Para Gay la cuestión es "¿tienen que tocar en España los monstruos del rock? Si la respuesta es que sí, habrá que pagar sus condiciones y además en dólares. Nosotros ponemos las entradas a 2.000 pesetas porque es la única posibilidad de cubrir. Cuando podemos rebajamos los precios el máximo posible. Ahí está el ejemplo de Meat Loaf y White Snake, el próximo agosto a 1.300 pesetas".

Para Gay la suspensión de Rod Stewart en Madrid no sería más que una cuestión política o, en todo caso, la consecuencia de un miedo político por parte del Gobierno Civil de Madrid.

En el mencionado editorial de EL PAIS se sostenía asimismo que el aforo posible del Campo del Gas estaba equilibrado con el número de asientos útiles en las gradas y no con las más de 18.000 personas que Gay & Co. pensaba meter. Gay considera esto "un sinsentido porque nadie acudiría a un concierto de rock, sobre todo si es de Stewart y ha pagado 2.000 pesetas, en el que tuviera que ver el escenario como un punto confuso y lejano desde su grada".