El 'sprint' final de la fiesta
Pamplona entra ya en el sprint final de la fiesta, y los cuerpos desgastados de los participantes en la misma, tras días y noches ininterrumpidos de juerga y desenfreno que parecen no tener fin, están ya a la espera del pobre de mí, acto que tendrá lugar mañana, jueves. No obstante, los más aguerridos no arrojan todavía la toalla y continúan dando muestras de su fogosidad, pese a que la capital navarra es, en los últimos días, un auténtico horno donde se superan los 35 grados centígrados a la sombra.Las fiestas son en estos días, para los de casa, más íntimas y más acogedoras, si cabe, que en fechas anteriores, pero, a pesar de todo, todavía continúan plenas de vida y alegría, aunque, eso sí, bajo un calor sofocante, que en las últimas horas ha sido tomada por los niños y los abuelos, convertidos en protagonistas de la fiesta. En concreto, más de 2.000 pensionistas y jubilados asistieron ayer a una comida popular organizada por el Ayuntamiento, en el recinto de la Ciudadela de Pamplona.Y en medio de este ambiente festivo se produjo la retención, por parte de varios policías, de la pancarta de la peña Txiki, de La Única. Al parecer, la pancarta fue retenida por espacio de varias horas por una dotación de la Policía Nacional que ha acudido a Pamplona estos días con el fin de reforzar a los efectivos habituales.
Las peñas de mozos decidieron, al conocer esta retención -y cuando ya se encontraban en el ruedo de la plaza de toros dispuestas para empezar a realizar su recorrido por las calles de Pamplona-, subir de nuevo a los tendidos hasta que la pancarta fuese devuelta a los niños, lo que al final así sucedió. En la polémica pancarta figuraba, entre otras, la imagen de un policía mareado. Esta actuación -que, a juicio del alcalde de Pamplona, Julián Balduz, ha sido un lamentable error, ya que la pancarta estaba en la calle desde antes del comienzo de los sanfermines- ha motivado un duro comunicado de protesta por parte de las peñas de mozos, en el que se señala que "la libertad de expresión debe permitir al pueblo manifestarse en sus opiniones, en sus sátiras, en su ironía y en sus sufrimientos". Las peñas exigen al delegado del Gobierno en Navarra, "una vez más, castigo a los culpables, y sus nombres, así como una explicación pública de las causas de estos hechos".
Y en la otra cara de la fiesta que se acaba están las muertes en extrañas circunstancias de dos personas -una de ellas, de 21 años, fallecida, al parecer, al ser golpeada por una norteamericana, de quien supuestamente había intentado abusar, y la otra, ahogada-, las detenciones de varios individuos, supuestos autores de delitos de robo, abusos deshonestos, escándalo público y las violaciones de dos jóvenes.
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