Samantha Smith
escolar norteamericana de 11 años, invitada personal del líder soviético Yuri Andropov, fue recibida ayer en Moscú con honores de jefe de Estado. "Le pediré a Andropov que me prometa que la URSS no declarará jamás la guerra", afirmó la pequeña nada más llegar. El jefe del Estado soviético había respondido de su puño y letra a una carta en la que la joven norteamericana le expresaba su preocupación por los riesgos de un conflicto nuclear
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