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Reportaje:GALICIA

Varios miles de personas condenaron ayer con diversas acciones de protesta el vertido de residuos radiactivos en el Atlántico

Paros parciales, manifestaciones, caravanas automovilísticas, cierres de bares y comercios y un apagón general de luz respaldado por más de medio centenar de ayuntamientos, sirvieron ayer de vehículo de expresión a la protesta de miles de ciudadanos gallegos contra el vertido de residuos radiactivos en el Atlántico, durante una jornada de lucha convocada por la práctica totalidad de las fuerzas políticas y sindicales de Galicia. El Parlamento autónomo se unió a la jornada reivindicativa con una declaración institucional de condena de los vertidos, y el presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, expresó su preocupación por el problema en sendos telegramas dirigidos a la primera ministra británica, Margaret Thatcher, y al presidente del Gobierno español, Felipe González.

Las acciones propuestas por la Unión de fuerzas contra los vertidos, que agrupan a los partidos convocantes, de la jornada fueron llevadas a la práctica con particular intensidad en las poblaciones de la costa y en las dos capitales de provincia del interior, en tanto que la incidencia fue menor en las ciudades más densamente pobladas, como Vigo o La Coruña.En Lugo, ciudad cuyo alcalde había criticado en términos extremadamente duros al gobierno británico durante los últimos días, el tráfico rodado y peatonal se paralizó durante varios minutos, pasadas las 12 del mediodía, mientras repicaban las campanas de todas las iglesias. Miles de flores fueron depositadas por los lucenses ante el monumento que conmemora el bimilenario de la fundación de la ciudad, como homenaje simbólico propuesto por el ayuntamiento "a los orígenes de nuestra civilización". El propio alcalde, Vicente Quiroga, participó por la tarde en una caravana automovilística en cabezada por la Policía Municipal. Otras caravanas recorrieron entre las 12 y las 13 horas Pontevedra y Santiago, mientras en esta última ciudad grupos de ecologistas cortaban el tráfico intermitentemente hasta provocar en ocasiones enormes atascos sin que se produjeran, pese a todo, protestas por parte de los automovilistas bloqueados. Tanto en Pontevedra como en Santiago, Vigo y La Coruña, la respuesta de los comerciantes a la solicitud de cierre de sus establecimientos durante una hora, fue relativamente escasa, con la excepción de una parte de los bares de la zona monumental de Compostela. El llamamiento a la interrupción de la actividad laboral fue atendido por el personal de la mayor parte de los organismos oficiales dependientes de las administraciones central, autónoma y local. En numerosos ayuntamientos, los alcaldes alentaron el paro simbólico de los funcionarios municipales y en algún caso -como el ole Santiago- aprovecharon el alto en el trabajo para leer bandos de denuncia de los vertidos radiactivos. Los paros fueron, por otra parte, prácticamente generales, en los grandes astilleros de Ferrol, en contraste con la escasa incidencia que tuvieron en el área industrial de Vigo.

Desagravio al mar

El sonido de las sirenas de los barcos y la participación masiva de la población dio un carácter particularmente espectacular a la jornada de protesta en los puertos de la costa. Fene, Corcubión, Riveira, Puebla del Caramiñal y Pontedeume, en la provincia de La Coruña, y Moaña, Cangas y Cambados, en la de Pontevedra, fueron las localidades donde la respuesta a la convocatoria resultó práctica mente total. En Mugardos (La Coruña) los tripulantes de un pesquero eligieron como curioso método de protesta el lanzamiento al mar de botellas con mensajes antinucleares en su interior.Distintas manifestaciones, con un número global de manifestantes difícil de evaluar, recorrieron a última hora de la tarde algunas de las principales ciudades y villas.

Las emisoras de radio hicieron su particular contribución a la jornada, interrumpiendo la programación durante algunos minutos, difundiendo música gallega e, incluso, en el caso de Radio Nacional de España en Galicia, emitiendo durante un breve período de tiempo, un fondo sonoro de oleaje y canto de gaviotas, como acto de desagravio al mar.

Con todo, el más llamativo e insólito de los actos de protesta es un recital poético en homenaje al general inglés sir John Moore, organizo para hoy por el colectivo ecologista Natureza, que pretende con este gesto responder al agravio que el Gobierno británico inflige al pueblo gallego con los vertidos. El acto, que consiste en la lectura en gallego e inglés, de un poema que Rosalía de Castro dedicó al general que derrotó en La Coruña a los ejércitos napoleónicos durante la guerra de la Independencia, se desarrollará hoy ante su tumba en un cementerio coruñés. Para mañana, está prevista también en Vigo una manifestación marítima por la ría a la que han sido convocados los propietarios de cualquier tipo de embarcación.

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